Roofnest Falcon, una tienda de techo de más de 2.800 euros

Roofnest Falcon, una tienda de techo de más de 2.800 euros

Una opción Premium para aquellos aficionados a salir de acampada los fines de semana


Tiempo de lectura: 3 min.

En abril ya hablamos de las tiendas de techo, una gran alternativa a las tiendas de acampada tradicionales cuando llevamos nuestro coche, todoterreno o pick-up de excursión. Hay un mercado importante en este tipo de complementos, aunque no tanto como el de las tiendas de campaña de toda la vida. Pero es lo suficientemente grande como para que surjan marcas Premium como Roofnest, que pretende proporcionar la mejor experiencia para auténticos fanáticos del camping encima de su propio vehículo.

Tienen tres modelos básicos a la venta, siendo el más caro el Roofnest Falcon, además del que más ha llamado la atención del mundillo. Se vende por 3.395 dólares, unos 2.874 euros al cambio, un alto precio si lo comparamos con otras opciones que hay por un tercio del valor de esta. La compañía promete unos acabados de la más alta calidad, pensados para alguien que vaya a usar de forma muy frecuente esta tienda más que para el aficionado casual que acampa un par de veces al año.

Montar la tienda es algo sencillo, y la comodidad en su interior parece bastante buena dentro de lo que es una tienda de campaña, ya que cuenta con su propio colchón de espuma viscoelástica. Además, es lo suficientemente grande para que una persona medianamente alta pueda dormir sin problemas, incluso dos, aunque en este último caso podría quedarse algo estrecho el espacio disponible.

Roofnest Falcon 2020 2

Dispone de tres entradas donde se puede colocar la escalera para subir, que también sirven como ventanas para ver el paisaje desde lo alto. De esta forma nos evitamos tener que aparcar el coche de una forma concreta para poder colocar la escalera, si no se puede en un lado, se monta en el otro o detrás.

Otros aspectos positivos son el poco volumen que ocupa cuando va plegada sobre el coche y el escaso peso, solo 18 kilos. Esto no significa que pierda rigidez cuando está montada, un temor habitual cuando uno ve algunas de estas tiendas encima del coche y piensa que se pueda doblar o romper cuando suban dentro y pongan su peso encima. La estructura de aluminio asegura una resistencia óptima de la tienda, el resto queda en manos del techo de tu vehículo.

En cuanto a los puntos negativos, los más destacable es la impermeabilización y el proceso de desmontar la tienda. El primero no supone un problema en sí de la tienda, que aísla de la lluvia bastante bien y no se condensa el aire con una ventilación adecuada. Sin embargo, cuando la tienda está plegada sí que resulta algo permeable al agua, lo que sin duda puede suponer un problema a la hora de montarla y meternos dentro tras el viaje por carretera.

El otro gran inconveniente no es el proceso de recoger la tienda en sí, que es sencillo, si no los cierres que aseguran la tienda una vez plegada. Son extremadamente difíciles de cerrar, y varios usuarios recomendaron sentarse encima de la tienda para poder así hacer fuerza y cerrar el pestillo, de otra forma les resultaba imposible asegurar debidamente la Roofnest Falcon.

En conclusión, el precio de esta tienda estaría justificado si se le va a dar un uso intensivo y continuado, porque viene con casi todo el equipamiento necesario para irse de acampada cada semana. Para un uso más casual, podemos encontrar otras opciones como son la tienda de techo de Front Runner por solo 1.067 euros, o esperar al lanzamiento el próximo año de la Go Fast Campers Superlite Tent, que con colchón y escalera incluidos se puede reservar por 1.578 dólares, unos 1.335 euros. Para más información pásate por su página web y no dejes de comprobar si es compatible con tu modelo de vehículo.

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Sobre mí

Luis Martínez

Cuando era un niño, no podía pasar una semana sin el nuevo número de mi revista de coches favorita. De adolescente, descubrí que me apasionaba escribir, divulgar y comunicar ideas. Ahora me encuentro dando mis primeros pasos en la profesión que me apasiona de la mano de la afición que ocupó buena parte de mi infancia, toda una suerte que demuestra las vueltas que puede dar la vida.

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Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto la charla sería de órdago. Pero aquí estoy, escribiendo sobre mi pasión donde me dejan. Si hace unos años me dicen que terminaría así, las carcajadas se habrían escuchado hasta en Australia, pero ahora no sabría vivir sin ello.

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