El sitio web Bring a Trailer es una de esas múltiples puertas abiertas a las maravillas automovilísticas que nos ofrece Internet. Aunque el coche objeto del anuncio del que hoy os hablamos ya fue vendido hace unos días, sus particulares características nos obligan a traéroslo aquí. Y es que no es fácil encontrarse con un Toyota Land Cruiser FJ45 de 1965 en buen estado de conservación. Más difícil aún es toparse con una unidad del modelo a la que se le haya trasplantado un ejemplar del famoso propulsor de ocho cilindros en uve que responde a la denominación de LS1, como es el caso.
Localizado en California, aunque no sabemos si su nuevo dueño lo ha trasladado ya a otro lugar, se trata de una unidad especialísima, por su incoherente propulsor y por el aspecto tan cuidado que exhibe en las fotos de su anuncio, las cuales ilustran este artículo. De hecho, tan solo muestra 10.000 km recorridos en su odómetro, de los cuales menos de mil fueron sumados por su actual propietario. Eso sí, se aclara que el kilometraje total es desconocido.
Tal y como decíamos al inicio, bajo su capó delantero se ha instalado un motor de 5,7 litros de cubicaje y ocho cilindros en uve, perteneciente a la familia LS1 de General Motors, y cuya potencia en esta aplicación no ha sido especificada. Fue revisado por completo durante este mismo año de 2023 e incluyó diversas modificaciones, como un colector de escape de aluminio, un radiador del mismo material y un filtro de aire cónico, entre otros. En el momento de su instalación, también se sustituyó la caja de cambios original. Ahora equipa una transmisión manual de cinco relaciones —New Venture Gear 4500, empleada por General Motors entre 1991 y 2007 en muchos de sus modelos—, asociada a una caja de transferencia con reductora —que, por cierto, presenta fugas actualmente—. Su diferencial central es desconectable, mientras que los de cada eje disponen de la posibilidad de bloqueo de accionamiento neumático.
Aunque este Toyota Land Cruiser FJ45 con un inesperado propulsor en su vano motor muestra menos de 10.000 km en su odómetro, el kilometraje total recorrido por esta unidad es desconocido
Si bien su aspecto es bastante fiel al del modelo original, hay más elementos introducidos con posterioridad. Es el caso de su paragolpes delantero, provisto por Hanson, empresa de amplio recorrido en el mundo off-road. Este contiene diversos puntos de anclaje, así como un cabestrante. Sucede de manera similar en su zaga, donde también Hanson es responsable del paragolpes, el cual cuenta, de nuevo, con dos ganchos. Las llantas son de 17 pulgadas de diámetro y montan neumáticos todoterreno de grandes dimensiones, en concreto, unos General Grabber X3. El recorrido de su suspensión se ha incrementado con respecto al que presentaba originalmente. Los frenos son de disco en sus cuatro esquinas y dispone también de dirección asistida.
Este Toyota Land Cruiser FJ45 de 1965 está pintado en gris y, aunque parece inmaculado, una revisión exhaustiva de su carrocería revela que existen ciertas zonas con óxido. Esa tonalidad tiene continuidad en el interior, puesto que está presente en la tapicería de sus asientos. Los paneles de las puertas están desnudos, lo que aporta un aspecto relativamente tosco a su habitáculo. El salpicadero, muy sencillo, también es de color gris y contiene indicadores más que útiles. Aparte de velocímetro, tacómetro y nivel de llenado de su depósito, puede consultarse en todo momento la presión del aceite, la temperatura del líquido refrigerante o el voltaje de su batería. Nada de pantallas para este vehículo en el que el toque extravagante —u hortera, esto ya es opinión de quien esto escribe— lo pone el pomo de su palanca de cambios, que es una calavera en color plateado.
Como apuntábamos, esta unidad especialísima de un Toyota Land Cruiser FJ45 de 1965, equipada con un V8 LS1, fue vendida hace unos días. Su nuevo dueño hubo de desembolsar 66.000 dólares estadounidenses para hacerse con ella, unos 60.500 euros según el tipo de cambio a día de hoy.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba ansioso en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS