Honda Pilot FL400R, el exitoso buggy unipersonal de Honda

Honda Pilot FL400R, el exitoso buggy unipersonal de Honda

Solo se produjo en 1989 y 1990 y fue uno de los primeros de su segmento


Tiempo de lectura: 3 min.

Rebuscando entre los archivos de los vehículos menos conocidos de marcas famosas, nos hemos topado con el FL400R, el cual solo se produjo en 1989 y 1990 y fue uno de los primeros de su segmento. Aun así, poca gente conoce el Honda Pilot FL400R, el exitoso buggy unipersonal de Honda que explotó este nicho de mercado, mejorando respecto a los rivales y proponiendo una evolución que los hacía más capaces.

El FL400R fue el sucesor del anterior Honda Odyssey, un vehículo muy simple con un arco antivuelco trasero, un motor de dos tiempos de 250 cc, sin suspensión trasera y una sola marcha, ni siquiera contaba con marcha atrás. Está claro que Honda sintió que el segmento ATV/UTV de los buggies unipersonales tenía futuro, ya que debieron invertir mucho en el desarrollo del FL400R, iba a ser un salto generacional muy sustancial respecto a su antecesor, el Honda Odyssey.

El Honda Pilot FL400R recibió un chasis de acero tubular completamente nuevo que incluía una jaula antivuelco y protección contra impactos laterales, estaba propulsado por un motor monocilíndrico de dos tiempos y 397 cc montado en la parte trasera, con arranque eléctrico, contaba con una transmisión automática CVT con marcha atrás, suspensión delantera y trasera independientes mediante doble horquilla. La carrocería se mantuvo en su mínima expresión, era esencialmente un conjunto de plásticos que se atornillaban al chasis alrededor del conductor, brindando cierta protección lateral y frontal.

Honda Pilot FL400R(4)

Esto se remataba con guardabarros sobre las ruedas delanteras y traseras, y un panel de techo bastante escueto sobre la cabeza del conductor. El conductor se sentaba en un asiento acolchado con un arnés de cuatro puntos, y la dirección se maneja con un volante rectangular, este contaba con correas para las muñecas para mantenerlas atadas en caso de un accidente por vuelco. Un sistema rudimentario, pero no hay que dudar de su eficacia, además, el volante contaba con los controles para el acelerador y los frenos en lugar de los tradicionales pedales que esperaríamos cualquiera de nosotros.

El recorrido de la suspensión era impresionante para la época, con 150 mm delante y 180 mm detrás, tiene amortiguadores traseros de gas con depósitos separados y, curiosamente, los frenos consistían en un par de tambores en la parte delantera y un solo disco en la parte trasera. No cabe duda de que el Honda Pilot FL400R era el mejor vehículo de su clase en el momento de su lanzamiento y, en todo caso, estaba adelantado a su tiempo a pesar de que Honda pondría fin a su producción después de dos años.

El modelo, con estas características, tendría un impacto significativo en el diseño de ATV/UTV en los años siguientes. El Honda Pilot FL400R que ves en las imágenes es una unidad de 1990, el segundo y último año de producción, tiene un acabado en el rojo original con las serigrafías Honda en ambos lados y en el frontal. Se desplaza sobre llantas de 10 pulgadas blancas equipadas con neumáticos H-Trak de tacos. Puedes ver la subasta aquí en España es un modelo rarísimo de ver, quizá sea un buen objetivo de cara a coleccionarlo.

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Sobre mí

Francisco Javier Rodriguez

En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto la charla sería de órdago. Pero aquí estoy, escribiendo sobre mi pasión donde me dejan. Si hace unos años me dicen que terminaría así, las carcajadas se habrían escuchado hasta en Australia, pero ahora no sabría vivir sin ello.

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