Pocos vehículos en el mundo tienen un legado de fiabilidad y capacidades dentro y fuera del asfalto como la Toyota Hilux. Esta comenzó a forjar su historia en 1968, y ocho generaciones después sigue fortaleciendo aún más su espíritu aventurero. Para saber hasta qué punto la camioneta del país del sol naciente ha sido refinada en todos y cada uno de sus aspectos, la firma japonesa nos ha cedido la mejor de las versiones actuales, una Toyota Hilux Invincible 2021 a recién estrenar.

Esta iteración del más obrero de Aichi ha experimentado refinamientos continuos desde su puesta en escena en 2016, y con el último restyling, Toyota actualiza el pilar fundamental de la Hilux: ser la pick-up de referencia. Porque si bien hasta la fecha la Hilux no cumplía con la tendencia de los vehículos dedicados al ocio –en el fondo sigue siendo una bestia de carga–, con esta versión renovada y este acabado en concreto queda mermada parte de la aspereza clásica del modelo nipón. Ahora, hasta podría ser tú único coche en casa.

Y si quieres saber por qué podría ser un vehículo adecuado para ti –o no–, tendrás que continuar leyendo. No pretendemos convencerte de que compres una, pero sí de que veas tanto sus luces como sus sombras y tomes una decisión por ti mismo. En fin, no me enrollo más y comencemos con la prueba propiamente dicha.

Diseño Exterior

La nueva Toyota Hilux es refinada y cómoda, aunque nunca se confundirá con un turismo de pasajeros más lujoso, y sospechamos que la mayoría tampoco la usaría como uno a pesar de cumplir con dignidad

Esta vertiente se diferencia del resto de acabados de la gama por su estética más atrevida, más desenfadada podríamos decir. No busca ser una Ford Ranger Raptor, sino una versión igual de capaz que cualquier otra Hilux, pero con más carácter. Gracias a una parrilla creada ex profeso a juego con las protecciones de los pasos de rueda, las estriberas laterales y los tiradores de las puertas, junto con una placa metálica que protege el cárter, unas llantas de aleación y un portón de diseño específico, la Hilux Invincible se reconoce a primera vista.

Y la Hilux en general, ya que la tendencia de un frontal sobredimensionado con una enorme parrilla y defensas de plástico en el perímetro de la carrocería ha llegado a la camioneta. El efecto general de las actualizaciones recibidas en 2021, tanto para los modelos normales como para la Invincible X, es bastante significativo, transformando la Hilux en un vehículo moderno y decidido. Sin embargo, algunos lamentarán la pérdida de un rostro más suave y funcional.

Interior

El interior de la Toyota Hilux Invincible está muy lejos de lo que era antaño. Atrás quedan los plásticos duros por doquier y la sensación de medio de transporte rupestre que tanto han caracterizado a las camionetas. Ahora es agradable a la vista y, sobre todo, al tacto. Por ejemplo, la sección superior del salpicadero se ha forrado en un plástico mullido, y tanto el volante como los asientos son de cuero genuino. Hasta los reposabrazos de las puertas se ha tapizado con una tela que no te deja ronchas en la piel.

El líneas generales, el habitáculo es limpio y actual, con una prominente pantalla táctil que preside el salpicadero para proporcionar todas las funciones de infoentretenimiento. Y esto no es solo cortesía del acabado Invincible, puesto que la pantalla táctil de ocho pulgadas es de serie en todas las terminaciones excepto en la de acceso. Sin embargo, a pesar de su elegante diseño, aún predomina la facilidad de uso frente a la tecnología y a la integración de todas las funciones del vehículo en un único dispositivo digital.

El cuadro de instrumentos continúa apostando por lo analógico, con una esfera a la derecha para el velocímetro y el nivel de combustible, y otra para el tacómetro con la temperatura del motor. La única concesión a la digitalización aquí es una modesta pantalla a todo color de cinco pulgadas que hace de ordenador de a bordo. Por otro lado, los botones esenciales (como los encargados de las funciones de climatización o de los modos de gestión de la caja de cambios, el motor y los diferenciales) son grandes, algo sensato.

Para subir a la Toyota Hilux Invincible, algunos sentirán como si estuvieran escalando cada vez que entren, pero ofrece una gran visibilidad hacia adelante a la par que inspira respeto y poder

Aparentemente, la calidad de construcción y ensamblaje es buena en todas las superficies, y los mandos están en gran parte bien ubicados y son lo suficientemente gruesos como para presionarlos fácilmente en movimiento o con unos guantes puestos. Una excepción son los controles del volante, algo abarrotado, y la palanca del control de crucero, que Toyota lleva montando en la columna de la dirección desde hace varias generaciones. No así el equipo de sonido JBL de nueve altavoces, algo inédito en el mundillo de las camionetas.

En cuanto a la ergonomía y el espacio, delante se está realmente cómodo. Los asientos son ajustables en múltiples posiciones y el volante varía tanto su altura como su profundidad, una característica no demasiado común en el segmento. Por contra, los pasajeros más altos no estarán tan contentos de subirse a las plazas traseras, pues el espacio para las rodillas es un poco limitado a pesar de las generosas cotas exteriores. Y aunque existen dos guanteras a bordo, es posible echar en falta huecos portaobjetos (como en las puertas).

Por citar algunas sombras, Toyota no ha aprovechado la oportunidad para aumentar la cantidad de puertos de carga en la era conectada con el último lavado de cara. Todavía hay un solo puerto USB y dos enchufes de 12 V (que se pueden utilizar como un USB adicional con su correspondiente adaptador). También hay una toma de corriente doméstica de 220 V y 100 W en la consola central, que nos serviría, por ejemplo, para enchufar una neverita portátil. Y, bueno, inexplicablemente, el climatizador es monozona.

Técnica

Aprovechando la desaparición de la Volkswagen Amarok y la Mercedes-Benz Clase X, ambas con motores V6 disponibles, y la decisión de Ford de abandonar la Ranger de cinco cilindros, la llegada de la Hilux Invincible está demostrando ser de gran atractivo para aquellos que buscan una camioneta mínimamente enérgica. De hecho, con esta versión desaparecen las quejas sobre el desempeño de la unidad de 2,4 litros, y claramente ha sido una respuesta a muchas demandas de los clientes de la pick-up nipona.

El motor 2.8D, como es denominado por Toyota, es un bloque de cuatro cilindros capaz de entregar 204 CV de potencia y 500 Nm de par. En comparación con el propulsor 2.4D de 150 CV y 400 Nm, la ganancia prestacional es apreciable. Para ponerlo en perspectiva, reduce el tiempo de 0 a 100 km/h en casi tres segundos, parando el cronómetro en 10,7 segundos. Y aunque no importe demasiado en esta clase de vehículos, la velocidad máxima también se ha visto incrementada hasta los 175 km/h (13,2 s y 170 km/h con el motor 2.4D).

El ralentí del motor se ha recalibrado para funcionar a más bajas vueltas, pasando de 850 a 680 RPM. Es un pequeño cambio, pero suficiente para hacer que bajen los consumos sensiblemente

A pesar de que son cifras saludables, no llega a los niveles de las versiones más potentes de la Mercedes-Benz Clase X y la Volkswagen Amarok, pero donde antes te habrías sentido algo nervioso a la hora de afrontar una incorporación muy corta o adelantando tráfico más lento en carreteras de un solo sentido, la Hilux con el motor de 2,8 litros te tranquilizará. Tanto es así que empiezas a preguntarte si no debería montar unos frenos un poco mejores: confía 2.130 kilos de masa a unos discos de 319 mm delante y tambores de 295 mm detrás.

La introducción de este corazón turbodiésel trae consigo una caja de cambios automática de seis relaciones. Si bien es cierto que puede no ser la más eficaz en cuanto a los consumos se refiere, se puede apreciar una calibración impecable con el fin de proporcionar sensibilidad milimétrica sobre el pedal del acelerador, esté engranada la marcha que sea. Si quieres este motor asociado a una transmisión manual –también de seis relaciones–, tu única opción es optar por el acabado medio de la gama (VX) y el mismo tipo de chasis (doble cabina).

Conducción

Uno de los puntos más positivos de la Toyota Hilux es su capacidad para ofrecer un confort mejor que la media del segmento, a pesar de mantener una suspensión trasera de ballestas. En comparación con su predecesor, la octava generación ha mejorado significativamente las características de conducción tanto dentro como fuera de la carretera. Esto la convierte en una de las camionetas más exitosas actualmente a la venta, y gracias al nuevo motor de 2,8 litros anda ese plus extra que algunos podían echar en falta.

En su último lavado de cara, Toyota cambió los amortiguadores en los dos ejes y ha vuelto a trabajar sobre las ballestas en la zaga. Todo ello con la intención de optimizar la suspensión mientras la plataforma de carga está vacía. Anteriormente, la marca siempre había ajustado la suspensión de la Hilux en condiciones de carga completa, pero con un número de clientes creciente que rara vez conduce con la pick-up cargada al máximo ha hecho que la empresa cambie de enfoque para hacer que la Hilux una de las más cómodas de su liga.

Ahora bien, ¿lo ha conseguido? Ciertamente, todavía puede sentirse bastante firme y algo rebotona en la ciudad yendo a bajas velocidades. Pero esto mejora notablemente a medida que se va más rápido, con solo una intrusión muy aguda o baches repentinos que realmente sacuden la cabina. Hay vibraciones ocasionalmente, y algún que otro crujido en maniobras de aparcamiento, pero la Hilux ahora puede codearse con las mejores en esta área e incluso servir adecuadamente como un vehículo recreativo para hacer largos viajes.

Lo que realmente impresiona de la Hilux Invincible es que Toyota ha logrado mejorarla en el terreno asfáltico sin comprometer en absoluto su talento todoterreno o sus capacidades de carga

Otro punto a favor que ayuda a conseguir esta sensación es la capa de aislamiento colocada tras el salpicadero, así como insonorización adicional en el compartimiento del motor para minimizar el ruido y las vibraciones. En gran medida, parece funcionar muy bien, y ha habido más mejoras. Porque si bien es cierto que oirás el motor diésel al arrancar en frío o con una fuerte aceleración, es muy raro sentir temblores desde el interior de la cabina, y el ruido del propulsor a velocidad de crucero constante se limita a un silencioso murmullo.

¿Y en lo que respecta a su puesta a punto? ¿Cómo es conducirla? Teniendo en cuenta de la clase de máquina que tenemos entre manos, hay que decir que la Toyota Hilux Invincible no ha sido difícil de llevar en curvas, aunque hay que hacerse a una dirección decididamente más lenta y a un tacto del freno que nos pide actuar con cierta antelación (con respecto a un turismo). Con el restyling, se introdujo una bomba de la dirección asistida de “control de flujo variable” que mejora el peso del volante en todo su abanico operacional.

A pesar de que la dirección asistida se ha revisado, sigue siendo asistida hidráulicamente, lo cual algunos agradecerán, pero que otros notarán pesada frente a los rivales más nuevos, que favorecen la configuración de la dirección asistida eléctrica. El agarre del eje delantero y el giro en curvas cerradas es bastante digno para una pick-up, incluso más apreciable siendo una carrocería de doble cabina. Al fin y al cabo, no es un vehículo diseñado para irte el fin de semana a tu puerto de montaña favorito y marcarte un tramo de rally asfáltico.

El balanceo de la carrocería también está bien controlado, aunque es poco probable que nos animemos a ir demasiado rápido en uno de estos “bichos”; recuerda que las leyes de la física apuestan porque la corpulencia y un alto centro de gravedad no son las condiciones idóneas para una conducción especialmente dinámica. Aún así, el lavado de cara ha incorporado un diferencial de deslizamiento limitado de serie en todos los modelos, que ayuda a las ruedas traseras a encontrar tracción en superficies resbaladizas o de firme en mal estado.

Y hablando de terrenos abruptos, una de las mayores bondades de la Toyota Hilux son sus capacidades off-road. Sus ángulos de entrada, ventral y de salida son de 29, 27 y 23 grados, respectivamente. Asimismo, la altura libre al suelo es de 310 mm y la profundidad de vadeo de 700 mm. Estas cotas, junto con una electrónica excepcionalmente competente, significan que la Hilux Invincible te llevará a lugares donde no pensaste que un turismo podría llegar, incluso sin activar los diferenciales de bloqueo o equipar neumáticos todoterreno.

Con la configuración de tracción total y redctora (L4), así como con la cantidad de ayudas electrónicas disponibles como el control de descenso en pendientes, hacen que la Hilux sea una fantástica compañera off road

De hecho, nuestra unidad de pruebas venía acicalada con zapatos asfálticos, y ni aún con esas percibimos señales de que pudiese perder la compostura. Lo único reprochable de este calzado lo encontraremos en superficies resbaladizas de arena y polvo, donde tendremos que acudir al sistema de tracción integral si queremos todas las garantías. Además, junto con el tan bienvenido incremento de potencia y par del motor 2.8D, la velocidad al ralentí se ha reducido y la respuesta del acelerador modificado en el modo Low Range (L4).

Esta última es la configuración más apta para ir de ruta 4×4, donde también se incluyen los modos de tracción trasera (H2), apto para la circulación en carretera abierta, y de tracción a las cuatro ruedas equivalente (H4), ideal para los trabajos en pistas de tierra o en superficies mojadas. Para seleccionar cada uno de estos modos de conducción hay una perilla giratoria a la derecha del volante (justo debajo del botón de arranque/parada) que tan solo se puede operar cuando el vehículo está detenido y con la palanca puesta en punto muerto (P).

La caja puede acomodar una carga de 1.525 mm de largo y 1.540 mm de ancho, aunque no lo aprietes entre los pasos de rueda ya que, como todas las camionetas, ocupan unos 400 mm. Además, puede remolcar hasta 3,5 toneladas

Para una acción menos exigente, hay un diferencial de deslizamiento limitado automático. Al operar en modo de tracción en dos ruedas (H2), envía toda la potencia a la rueda trasera con mayor agarre ayudando a garantizar una pisada uniforme y una aceleración constante. Para activarlo, resulta necesario desconectar el sistema de control de tracción antes de que este comience a operar. Es posible que te haga falta si te gusta irte a dar paseos a una pista forestal. Realmente, con la Hilux Invincible, esas superficies son pan comido.

La Toyota Hilux Invincible se desplaza por la mayoría de las superficies con bastante calma, lidiando con las carreteras sin saltos ni rebotes de los que hablar, y solo ocasionalmente se inquieta y se mueve un poco sobre baches más pronunciados. La dirección continua siendo pesada a la hora de maniobrar, pero es agradable y precisa velocidad de autovía. Además, se maneja bien para los estándares del segmento: no se siente particularmente ancha, no es difícil de mantener en un carril muy estrecho, y ni subvira ni culea peligrosamente.

Equipamiento

Los niveles de equipamiento de la Hilux son los mismos que antes: GX, GX Plus, VX, VXL e Invincible, cada uno con más equipamiento agregado. Todas ellas tienen una carrocería de doble cabina, siendo el acabado GX el único disponible con cabina sencilla o cabina extra. En lo referente al aparatado mecánico, el motor 2.8D tan solo se puede equipar en el acabado VX, VXL e Invincible, siendo estas dos últimas las únicas alternativas con caja de cambios automática.

Todas ellas están llenas de equipamiento, aunque salvo que realmente no necesites nada más que una herramienta, VX es el nivel para comenzar, ya que incluye el nuevo sistema de infoentretenimiento Toyota Touch 2 con pantalla táctil de 8 pulgadas y cámara de marcha atrás. Si subimos al Invincible, obtenemos asientos con calefacción, llantas de aleación más grandes (18 pulgadas), sensores de estacionamiento en la parte delantera y trasera, sistema de arranque sin llave, navegación por satélite de serie o cuero perforado, entre otros.

Rivales

La Ford Ranger es quizá la contendiente más dura del segmento, ya que ofrece una amplia gama de modelos y gran adaptabilidad para diferentes usos. Sin embargo, las rivales locales como la Nissan Navara y la Mitsubishi L200 también ofrecen muchas garantías de un trabajo bien hecho y muchos años de servicio incondicional, aunque la primera se dejará de fabricar en breves y la segunda fue renovada casi a la par que la Hilux, a finales de 2020. Y, bueno, ya hemos visto que ni Mercedes-Benz ni Volkswagen ofrecen ya sus respectivas pick-ups.

Conclusión

La Toyota Hilux Invincible es un gran producto, de eso no cabe la menor duda. Es tan buena en realidad como cualquiera de sus versiones, y es aquí donde encontramos la mayor pega de este modelo. Con una tarifa de 42.900 euros (sin descuentos ni promociones), hay que justificar bien los 10 “kilos” de sobreprecio frente a una Hilux de acceso. Sí, el acabado Invincible es más pintón y goza de más equipamiento, pero no aporta mejora alguna en su desempeño como camioneta, es prácticamente un kit de cosmética. Y uno muy convincente, por cierto, pero la Hilux es buena en cualquier acabado.

Bajo esa piel verdosa y la parafernalia de plástico, la Hilux sigue siendo una superviviente de la que pocos pueden quejarse. Si necesitas una forma fiable de transportar un par de motos de cross, tu kit de playa o tantas otras cosas maravillosas en las que podrías estar pensando para un año lleno de aventuras de fin de semana, este es tu vehículo. Ah, y a cuentas de que acabo de mencionar la difícil justificación del sobreprecio en la terminación Invincible, para quienes buscan atraer las miradas por encima de todo, no pueden elegir otro que si no este acabado. Todo el mundo se fijará, de verdad.

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