El Jeep Wrangler es un coche mítico, un modelo que todo el mundo conoce incluso si no es aficionado al automóvil. Y eso puedo asegurarlo después de haber tenido una unidad durante unos días, porque todo el mundo, o casi, se gira al ver el coche e incluso algunos llegan a exclamar “¡mira el Jeep, como mola!” Quizá no sepan que modelo es, pero eso no importa, porque el Wrangler es la misma imagen de la marca, la esencia más pura de Jeep y es el coche en el que muchos piensan cuando se menciona el nombre del fabricante yankee. También es cierto que el coche llama mucho la atención, es grande, su diseño lleva siendo el mismo desde hace décadas y todo el mundo ha visto un Jeep Wrangler en algún momento de su vida, pues suele salir en muchas películas y series de origen estadounidense.
De hecho, mantener un diseño tan característico durante tanto tiempo es una de sus señas de identidad, algo que también han explotado en Mercedes con el Clase G, mientras que uno de sus máximos rivales, el Land Rover Defender, no ha hecho y ha sido muy criticado por ello. No modificar la imagen del coche tiene sus pros pero también sus contras, porque afecta a muchos otros apartados como la eficiencia (el Wrangler es, básicamente, una caja de zapatos con ruedas) o la habitabilidad, pero estas cosas, según el vehículo y según el comprador, no siempre se tienen en cuenta. No debemos olvidar que la imagen del coche tiene un peso importante en las ventas, mucho más del que debería tener ya que se pasan otras cosas por alto a la hora de elegir una buena compra.
No voy a ser yo quien critique esa forma de actuar, no soy el más indicado, sobre todo porque soy de los que piensan que un buen diseño es imprescindible para lograr un buen conjunto. Y en el caso del Wrangler, reconozco que estéticamente me encanta, es uno de esos coches con los que te detienes a mirar cuando lo dejas aparcado o te miras en el reflejo de algún escaparate solo por el mero hecho de ver el coche rodar. Tiene personalidad y destaca entre el resto de coches de la carretera, tanto por tamaño como por diseño y eso ya es una victoria para el Wrangler y la mejor publicidad que puede tener la marca. Incluso con el color que tenía la unidad que nos cedió la marca, que no resulta nada llamativo, el coche era el centro de atención.
Y ya que mencionamos la unidad que hemos probado, comentar que se trata un Jeep Wrangler 4xe 80th Anniversary, la edición especial que la marca lanzó para celebrar sus 80 años de actividad equipada con el grupo motor híbrido enchufable, que a día de hoy es el único disponible en Europa. Y ciertamente, resulta una buena combinación porque no solo resulta agradable de conducir en el día a día, sino que también logra unos buenos consumos. No llega, ni de refilón, a los datos homologados por la marca, pero teniendo en cuenta su aerodinámica, el tamaño y el peso del coche, no superar los 10 litros es todo un logro. Incluso llegué a ver cifras en torno a los 7 y 8 litros, lo que me parece algo a tener muy en cuenta. La marca homologa menos de 4 litros, cifra que me parece una utopía.
Un Wrangler con etiqueta CERO y consumos muy aceptables
El grupo propulsor híbrido enchufable es una de las cosas que más sorprendió a todo el mundo cuando preguntaron por el coche, es algo chocante y no han sido pocos los que han pensado que no es la opción más acertada. Yo también pensaba igual, mi relación con los híbridos enchufables no es la mejor del mundo y creo que, actualmente, son rentables y por tanto interesantes, para muy pocos usuarios; si no hay cargador a mano, un híbrido enchufable no tiene sentido porque no se puede sacar partido de su hibridación. Es algo que he podido comprobar en diferentes ocasiones.
Sin embargo, en esta ocasión debo reconocer que las cosas han sido algo diferentes y el grupo propulsor ha sido una de las sorpresas de este coche tanto por funcionamiento como por consumos. Y eso sin tener que prescindir de prestaciones, con una potencia en conjunto de 380 CV y un par de 637 Nm. Son buenas cifras, aunque no es un coche rápido. Se logran mediante una combinación bastante típica, esto es, mediante un motor de combustión y dos eléctricos. El primero es un 2.0 turbo con cuatro cilindros capaz de entregar 272 CV y 400 Nm de par, los otros dos, son un eléctrico que hace las veces de arranque y alternador con 63 CV y 53 Nm, seguido de un segundo motor eléctrico colocado entre el motor y la caja de cambios, con 145 CV y 245 Nm de par que, al contrario del otro motor eléctrico, si puede mover el coche.
En la práctica te encuentras con un grupo motor que funciona muy bien. En mi caso, siempre lo llevé en modo “Hybrid”, el más lógico desde mi punto de vista para sacarle partido a un híbrido y ciertamente, fue todo un acierto. La gestión electrónica del grupo motor combina bastante bien los motores y el sistema de recuperación de energía ayuda, de verdad, a mantener la batería con algo de carga en todo momento. Siempre conté con carga para desplazamientos urbanos e incluso hubo carga disponible durante la travesía offroad (o casi) que realicé con el coche. Solo al final, cerca de la fecha para devolver el coche, hubo un par de ocasiones en las cuales la batería estaba agotada.
Hay potencia de sobra para mover los casi 2.300 kilos que pesa el Wrangler híbrido, aunque, como se ha dicho antes, no es un coche rápido si nos fijamos en su velocidad máxima. Anuncia 177 km/h, margen suficiente para que te quiten el carnet y para circular con soltura por autopista, pero una velocidad que no merece la pena alcanzar. Los consumos se disparan y mucho antes de llegar a esa velocidad, las características del coche empiezan a dejarse notar ( centro de gravedad muy alto, suspensiones relativamente blandas, dirección…). Sin embargo, hay una cualidad que sorprende: la aceleración. El Jeep Wrangler híbrido acelera una barbaridad, pisar a fondo es salir disparado hacia delante con mucha fuerza y sentir como la espalda se aprieta contra el respaldo. Los adelantamientos son un mero trámite y la cara de la gente a quien adelantas al ver semejante aparato correr como si le persiguiera el diablo, es de incredulidad.
No es rápido, pero acelera mucho y hay potencia para subirse por las paredes
De todas formas, aunque hay motor para dar y tomar, hay que tener cuidado con la forma de reaccionar y de actuar sobre el volante. En adelantamientos, aprovechando que se ha mencionado, es mejor salir del carril y pisar a fondo, que acelerar sin miramientos y luego mover el volante. Las reacciones bruscas no son bienvenidas, las suspensiones no aceptan de buen grado los movimientos violentos y el coche pierde la compostura, la carrocería se mueve mucho y la sensación es de perder el control. Tampoco le gustan las curvas a buen ritmo por el mismo motivo, las suspensiones no están pensadas para eso y no controlan los movimientos de la carrocería como en otros coches. Si vas a una velocidad más, digamos, normal, tendrás un vehículo para ir al fin del mundo sin problemas y además, cómodamente, pero hay que dejar la velocidad a un lado y tomarse las cosas con calma. No quiero decir que sea lento, pero no es para lo que se ha diseñado y se nota.
También hay que tener en cuenta que vas sentado muy arriba y la postura al volante no es la de un turismo. Se asemeja más a una furgoneta grande, de hecho, las sensaciones generales son de furgoneta o muy próximas a ella, pero con un volante colocado correctamente, es decir, horizontal y no inclinado. Los asientos tampoco recogen el cuerpo lo suficiente para determinadas ocasiones y no hay apoyo para el pie izquierdo.
Realmente es lo que cabría esperar de un vehículo con eje rígido tanto delante como detrás, pensado para circular aunque haya piedras de medio metro de alto en el camino. Es ahí, en terreno abrupto, en caminos de tierra con roderas, barro y piedras, donde el Wrangler saca a relucir su verdadera personalidad. Las suspensiones ya no resultan blandas, la postura al volante cobra todo el sentido del mundo y estar sentado tan arriba empieza a tener sentido. Puedes meter este coche por donde te venga en gana, o casi, pues las ruedas que montaba la unidad probada no eran las más indicadas para trialeras o barro muy denso. Aún así, la capacidad del coche para superar situaciones complicadas es tremenda, subiendo por sitios llenos de piedras con una facilidad pasmosa y llevando un ritmo por caminos rotos de auténtica locura.
Como en esas situaciones no se circula rápido (en ocasiones no se pasa de 20 km/h), el motor eléctrico está mucho tiempo funcionando sin tener que recurrir al de combustión. Además, como el freno también se usa mucho, la regeneración de energía es elevada y acabas circulando mucho tiempo sin quemar gasolina. Ayuda mucho el tacto del acelerador, que permite regular la potencia con bastante precisión y el sistema de tracción total funciona a las mil maravillas. Solo faltó probar trialeras y zonas muy complicadas, pero la monta de neumáticos aconsejaba no llegar a extremos.
Si no fuera tan caro, ya estaría pidiendo presupuestos
El Jeep Wrangler tiene sus cosas malas, como cualquier otro coche. Es muy grande y muy alto, aparcarlo no siempre es sencillo y en algunos garajes, sobre todo comunitarios, habrá que tener cuidado para no tocar el techo. Sin embargo, por dentro no es tan grande como cabría esperar y el espacio (sobre todo en anchura) me resultó algo justo. Hay que tener cuidado en calles estrechas, por ejemplo, pues aunque ves el capó completo, no ves las aletas laterales, que marcan realmente la anchura total del coche y el paragolpes delantero sobresale mucho de la carrocería.
Sin embargo, después de haber pasado con este coche varios cómo si fuera mío, tengo claro que me compraría uno si no fuera tan caro, o mejor dicho, me compraría uno si me sueldo me lo permitiera. Voy a tener que hablar con el señor director y negociar algunas cosas… porque el Jeep Wrangler 4xe 80th Anniversary, según la página web oficial de la marca, tiene un precio que parte de los 76.017 euros sin extras.
Datos técnicos
FICHA TÉCNICA | ||
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MODELO | Ficha técnica Jeep Wrangler 4xe | |
MOTOR | Delantero longitudinal colocado encima del eje. Cuatro cilindros en línea y 16 válvulas con doble árbol de levas en cabeza. 1995 centímetros cúbicos. 200 kW (272 CV) a 5.250 rpm y 400 Nm de par entre 3.000 y 4.000 rpm |
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MOTOR ELÉCTRICO 1 | Delantero longitudinal con 45 kW (63 CV) y 53 Nm de par. Solo hace las veces de motor de arranque y alternador | |
MOTOR ELÉCTRICO 2 | Integrado en al caja de cambios, con 1078 kW (145 CV) y 245 Nm de par | |
BATERÍA | Iones de litio con 17,3 kWh. Colocada en posición trasera centra, bajos los asientos posteriores | |
RENDIMIENTO | Potencia máxima | 280 kW (380 CV) a 3.400 rpm |
Par máximo | 637 Nm | |
TRANSMISIÓN | Caja de cambios automática por convertidor de par. Propulsión y tracción total conectable con reductora | |
SUSPENSIÓN | Delantera | Eje rígido con muelles helicoidales |
Trasera | Eje rígido con muelles helicoidales | |
FRENOS | Delanteros | Discos ventilados de 330 milímetros |
Traseros | Discos ventilados de 345 milíemtros | |
DIMENSIONES Y PESOS | Largo por ancho por alto (en milímetros) | 40882 x 1.894 x 1.838 |
Batalla | 3.008 mm | |
Vias delantera / trasera | 1.636 mm / 1.636 mm | |
Peso en vacío | 2.276 kg | |
COTAS DE TODO TERRENO | Ángulo de entrada | 35,8º |
Ángulo de salida | 30,8º | |
Ángulo ventral | 20,2º | |
Altura libre | 242 mm | |
Altura de vadeo | 760 mm | |
DATOS PRESTACIONALES | Aceleración de 0 a 100 km/h | 6,4 ssegundos |
Velocidad punta | 177 km/h | |
Relación peso potencia | 5,98 kg por CV | |
CONSUMOS | Consumo medio homologado (WLTP) | 3,5 l/100 km |
Consumo medio durante la prueba | 9,5 litros | |
PRECIO UNIDAD PROBADA | 76.017 euros |
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto la charla sería de órdago. Pero aquí estoy, escribiendo sobre mi pasión donde me dejan. Si hace unos años me dicen que terminaría así, las carcajadas se habrían escuchado hasta en Australia, pero ahora no sabría vivir sin ello.COMENTARIOS