SsangYong, la conocida firma de vehículos todoterreno Surcoreana, se salvó el verano de 2022 de cerrar las puertas gracias a KG Group aunque no se salvará de perder su identidad. A finales de 2023, la empresa pasará a denominarse como KG Mobility y todos sus vehículos pasarán a lucir el logotipo KG en sus carrocerías. Así lo confirmó el presidente de KG Group, Kwak Jean-sun.
Al parecer, según el propio Jean-sun, “el nombre de Ssangyong Motor tiene seguidores con buenos recuerdos, pero también conlleva una imagen dolorosa. A partir de ahora, todos los coches de SsangYong saldrán al mundo bajo el nombre de KG. Incluso a pesar del cambio de nombre, la historia de SsangYong Motor no cambiará y el fabricante operará bajo las mismas condiciones”.
Es decir, estamos ante la última etapa de SsangYong y a partir de 2024, dejará de existir, al menos en lo referente a su nombre. Sin embargo, este cambio no afecta al devenir de sus proyectos y las novedades no van a dejar de llegar. Por ejemplo, ya hemos conocido el SsangYong Torres, un nuevo SUC del que todavía no tenemos todos los detalles, pero que no deberías tardar en tenerlos, aunque si podemos confirmar que no se limitará a ofrecer versiones con motor eléctrico. Puede que el futuro pinte eléctrico, pero el presente todavía no lo es y ofrecer solo motores eléctricos puede ser un error. Ahí está Stellantis, que retiró sus furgonetas pequeñas con motores de combustión y al final, ha tenido que volver a ponerlas en catálogo por la demanda de los clientes y las bajas ventas de los modelos eléctricos.
Pero dejando eso de lado, también tenemos que hablar de otro lanzamiento más de SsangYong, en este caso sin electrificación y con todos los detalles sobre la mesa: el SsanYong Musso Sports, un pick-up desarrollado sobre la base del Rexton, que busca mantener ese buen hacer de la firma surcoreana en este segmento, donde siempre ha tenido bastante éxito. Quieren ser la referencia, algo que parece más sencillo de lo que realmente es, pues el Musso Sports tiene ante si a modelos complicados de derrotar, como el Ford Ranger o el Toyota Hilux, sin contar con los modelos que no deberían tardar mucho en llegar, como el Mitsubishi L200 o el Nissan Navara.
La base del nuevo Musso Sports es, obviamente, la misma del Rexston –ya hemos dicho que comparten la misma base–, es decir, un tradicional chasis de largueros y travesaños con unas suspensiones que varían según la versión –suspensión trasera por eje rígido con ballestas (hasta 1.080 kilos de carga) o multibrazo con muelle helicoidales (hasta 870 kilos de carga)–, mientras que el eje delantero equipa siempre el mismo sistema de suspensión independiente con doble horquilla y muelles.
Bajo el capó ocurre lo mismo y monta el mismo bloque diésel del Rexston. Por tanto, hablamos de un cuatro cilindros de 2,2 litros que rinde 202 CV y 400 Nm de par en la versión con cambio manual o bien, 441 Nm de par con el cambio automático. La potencia llega al suelo, independientemente del cambio, a través de un sistema de tracción total conectable con reductora –reducción de 2,48:1– y diferencial autoblocante trasero. Una configuración muy tradicional, pero muy funcional y fiable.
SsangYong tiene buena mano con los todoterreno, y el Musso, a falta de haberlo probado, no debería ser diferente, aunque tenemos el problema de su tamaño. Mide de largo 5.405 milímetros, la anchura se va hasta los 1.950 milímetros y la batalla es de 3.210 milímetros. No obstante, presume de tener la caja más grande del segmento, con 1.610 milímetros de largo, 1.570 milímetros de ancho y una altura de 570 milímetros.
La marca también presume de equipamiento de seguridad –Control de balanceo de remolque, Sistema activo antivuelco (ARP), Control de descenso de pendientes (HDC), Sistema de asistencia a la frenada (BAS), Repartidor de frenada entre ejes (EBD)… – y de un precio de derribo: desde 26.500 euros para el SsangYong Musso Sports más económico. Ya estamos en conversaciones con la marca para contar con una unidad para probar.
Javi Martín
Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto la charla sería de órdago. Pero aquí estoy, escribiendo sobre mi pasión donde me dejan. Si hace unos años me dicen que terminaría así, las carcajadas se habrían escuchado hasta en Australia, pero ahora no sabría vivir sin ello.COMENTARIOS