Como si el Mercedes-Benz Clase G no pudiera volverse más aventurero y versátil, los especialistas alemanes de Delta 4×4 se enorgullecen de llevar las cosas al siguiente nivel. Porque es difícil que encuentres un Clase G más capaz que este, equipado con orugas creadas para obtener la máxima tracción sobre cualquier superficie imaginable.
Lo odies o lo ames, el Mercedes-Benz Clase G (o G Wagen, como lo llaman los alemanes) ya es un legendario todoterreno. Desde las celebridades más conocidas en el planeta hasta el cliente adinerado más común, a todos les encanta la Clase G, dentro o fuera de la carretera. Y es que su clásica forma cuadrada destaca mejor que cualquier otro todoterreno o SUV en el mercado. Sin embargo, normalmente, sus dueños no suelen explotar sus capacidades, ya que se considera más un símbolo de estatus que un verdadero todoterreno.
Sin embargo, hay quienes sí que buscan exprimir al máximo las virtudes off-road del Clase G. Para esas personas, Delta 4×4 tiene la solución. La inspiración detrás del especial proyecto vino por cortesía de la solicitud de un pedido por parte de un cliente que sugería un sistema para circular cómodamente hacia su cabaña de montaña en los Alpes suizos. Problemas de ricos, ¿verdad? Junto al mencionado preparador alemán, también participaron otras casas especialistas de renombre como CapricornTrucks (Suiza) y Mattracks (EE. UU.).
El Mercedes-Benz Clase G se fabricó originalmente como un todoterreno militar diseñado para ser conducido en terrenos irregulares de todo tipo
Para empezar, el punto de partida es un Mercedes-Benz G 500, equipado con un motor V8 de 4,0 litros doblemente turboalimentado capaz de entregar 421 CV y 610 Nm a las cuatro ruedas a través de una caja de cambios automática de nueve relaciones. El primer cambio fue sustituir el calzado tradicional por unas orugas 88M1-A1 que están hechas de caucho reforzado con fibra, ideal para temperaturas de hasta 40 grados centígrados bajo cero. Cada módulo pesa alrededor de 170 kilos, lo que se traduce en 680 kg de sobrepeso.
Sin embargo, además de añadir peso, las orugas suman una gran cantidad de agarre debido a su amplia área de contacto (entre 424 y 600 cm2). Esto permite que el robusto Mercedes-Benz Clase G ataque pendientes nevadas y heladas, siempre que la velocidad no exceda la marca de los 65 km/h. Otro punto extra es la altura de conducción, que se ha incrementado en 200 milímetros. Según Delta 4×4, las orugas se acoplan en los bujes de las ruedas a través de unos piñones de 18,5 pulgadas, por lo que son fácilmente revertibles.
Gracias a esta conversión, su propietario puede conducir hasta su cabaña vacacional que se encuentra a una altitud de 3.000 metros, cerca de Laax, en Suiza
Si te preguntas sobre el precio de la conversión, prepárate para escuchar algunos números impresionantes. El precio de las orugas, incluida la instalación, es de 50.000 euros, pero se invirtieron otros 69.000 euros para su homologación y pruebas. Finalmente, el propietario pagó otros 20.000 euros por otras modificaciones, como la baca, la barra protectora que hay al frente y unas ruedas más grandes para montarlas en verano. Esto significa que gastó alrededor de 140.000 euros por el vehículo, sin incluir el precio del Clase G.
Luis Blázquez
Aficionado al mundo del motor desde que fui concebido. Aprendí a leer con revistas de coches y, desde entonces, soy un completo enamorado de la gasolina. Como no se nace sabiendo todo, cada día es importante aprender algo nuevo y así ampliar los conocimientos. Este mundillo tiene mucho que ofrecer, al igual que un servidor a vosotros los lectores.COMENTARIOS