No sabemos muy bien sobre qué divagaba William T. Collins cuando decidió crear a la protagonista de hoy, la Vixen 21. Quizás su mente seguía las directrices con las que unos años atrás, había diseñado el prototipo de lo que a la postre fue el coche de la famosa saga “Regreso al futuro”, el ya legendario DeLorean DMC-12.
Lo que sí es seguro, es que a mediados de los 80 esta autocaravana de aspecto afilado y diseño futurista fue una gran novedad dentro de los mastodónticos vehículos camper del momento que circulaban por el país norteamericano. La Vixen 21 partió su andadura en el mercado en 1986, cuando la marca después de varios años de desarrollo por parte de Collins presenta la primera variante de tan singular vehículo, la Vixen 21 TD.
Este modelo venía asociado al motor diésel M21D24 del BMW 524td (E28) instalado en su parte trasera y un cambio manual de cinco relaciones de origen Renault. El propulsor de 2,4 litros y 6 cilindros en línea era capaz de generar 115 CV de potencia a 4.800 RPM. Con su logrado coeficiente aerodinámico de menos de Cx 0,30 y un peso final de 2.300 kilos -con todo el equipamiento-, gracias a un chasis tubular de acero y su carrocería en fibra de vidrio, era capaz de alcanzar velocidades cercanas a los 160 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en algo más de 20 segundos.
Con unas medidas finales de 6,40 m de longitud, 2,13 m de anchura y 1,89 m de altura exterior, entraba perfectamente en cualquier garaje medio. Además, en esta primera versión hubo un techo escamoteable por medio de bisagras, ampliaba su altura interior desde los 1,65 m hasta casi los 1,9, pudiendo moverse un adulto cómodamente dentro de ella.
La Vixen 21 desgraciadamente no logro encontrar la acogida del público en su momento. En la actualidad, cualquiera de sus versiones es objeto de coleccionistas y amantes del modelo
Está por lo tanto claro que la Vixen 21 no era solo en vehículo para acampar, además se podía disfrutar de su conducción y prueba de ello es su puesto de conducción con un volante deportivo de tres radios y forrado en piel, junto con un tablero de instrumentos al más puro estilo racing de los coches de la época, lleno de indicadores analógicos que mostraban en todo momento el estado de la mecánica a su conductor.
El equipamiento no iba a ser menos en esta autocaravana tan especial. Todo en ella estaba pensado para el acomodo y disfrute de cuatro personas. Para ello la marca dotó a la Vixen 21 de todo lo necesario, desde cama doble fija en su parte trasera pasando por aseo completo incluido ducha, cocina con nevera, microondas, horno etc…
Nada escapaba al más mínimo detalle, de hecho montaba de serie un convertidor de corriente a 110 voltios para poder hacer uso de aquellos electrodomésticos. También es digno de mencionar la instalación de diferentes depósitos de agua tanto de agua dulce, como de desagüe de su zona de aseo y fregadero.
De esta primera versión se vendieron un total de 376 unidades entre 1986 y 1987, por lo que viendo que el resultado no era lo que la compañía esperaba encargaron a Collins en el mismo periodo la creación de un modelo menos rutero y más enfocado al desplazamiento de personas con todo lujo y confort. Algo a medio camino entre una limusina y la misma autocaravana.
En este modelo, denominado Vixen 21 XC, se instalaron varios sillones tipo sofá, se mantuvo la nevera, cama trasera y aseo. Además, se incluyeron entre otros elementos un sistema de aire acondicionado independiente para la zona de pasajeros y televisión. Hasta 11 eran los ocupantes que podían acomodarse en esta nueva versión.
A diferencia del modelo 21 TD, ni los asientos delanteros eran giratorios ni el techo era elevable. Se mantenía la misma configuración mecánica y propulsor. Del modelo XC se vendieron finalmente tan solo 39 unidades y es por lo tanto el más exclusivo de los que se fabricaron de esta autocaravana tan especial.
La marca seguía sin conseguir los resultados deseados, y dada la demanda del mercado yankee, optó por gastar su última bala en 1988 en un modelo aún más sofisticado, denominado Vixen 21 SE, donde el propulsor pasaba a ser un bloque 3.8 V6 de 165 CV de potencia suministrado por General Motors, unido a un cambio automático de cuatro relaciones.
También se optó por sustituir el techo elevable de bisagras por uno sobreelevado y fijo a lo largo y ancho de la zona superior, ganando aún más habitabilidad si cabe en su interior. Encima de este se podía montar un sistema de aire acondicionado, pero ello condicionaba su altura y el poder entrar en sitios cerrados.
De esta última versión, que se mantuvo desde 1988 a 1989, año en el que la compañía se declaró en quiebra, se vendieron finalmente 172 unidades, con lo que hace un total de 587 Vixen 21, incluyendo sus tres versiones y a lo largo de tres años.
Los precios de venta en su momento partían desde los 40.000 dólares de las versiones más básicas hasta los 53.000 en el modelo SE con todos los extras posibles y opcionales. Ni siquiera su contenido precio hizo que este modelo tan exótico tuviera la acogida deseada por sus creadores.
En la actualidad una asociación llamada VOA, ha conseguido aglutinar a la mayor parte de propietarios de Vixen del mundo, ya que después del cierre de la marca quedaron sin soporte técnico ni mecánico. Gracias a dicha organización se ha preservado el modelo de una manera meritoria y han logrado que diversas empresas se involucren en la creación y fabricación de repuestos y elementos para mantener las Vixen 21 como merecen.
J. Rubio
Soy un enamorado del motor en general y de los vehículos clásicos y motocicletas en particular. Dedicado al mundo de la automoción desde hace unos años, disfruto probando toda clase de vehículos y escribiendo mis impresiones y experiencias sobre ellos.COMENTARIOS