Mitsubishi escogió Tailandia para la puesta de largo de la nueva generación de su pick-up estrella, que aquí conocemos tradicionalmente como Mitsubishi L200. Denominado Mitsubishi Triton en otros mercados, supone la sexta iteración del modelo japonés, que en su generación presente ya lleva nueve años a la venta. Además de su renovada imagen, se aprovecha de un nuevo chasis de largueros y travesaños y de una actualización de su propulsor turbodiésel para plantar cara a rivales como los Toyota Hilux o el Ford Ranger.
Mayor capacidad de carga con más fácil acceso
Con mayores dimensiones que el modelo saliente, muestra una imagen un tanto más agresiva, que transmite también mayor robustez, en comparación con la generación presente del modelo. En el frontal destacan sus faros divididos en dos partes, enmarcados por un elemento en negro piano, el cual se funde en la zona interior con el perímetro de la calandra. La malla de esta está comprendida por varios listones horizontales, los cuales estarán pintados en el mismo color de la carrocería en los acabados superiores. En vista lateral son llamativos los pasos de rueda cuadrados y se percibe fácilmente la vinculación entre este modelo y el Nissan Navara en las formas de sus ventanillas. La zaga exhibe unos pilotos dispuestos horizontalmente en sus extremos laterales, que potencian la anchura del modelo visto desde esta perspectiva. Además, su aspecto permite amplia personalización, gracias a que se ofrecen diversas opciones, como barras de techo o faldones laterales de mayor tamaño.
La superficie de carga es ahora de más fácil acceso, ya que se sitúa 45 mm más abajo, a 820 mm del suelo. Su practicabilidad y volumen de carga también se ve beneficiada por el incremento de longitud del Mitsubishi L200. Por otro lado, el paragolpes trasero cuenta con dos útiles peldaños de alta resistencia para poder ponerse de pie en ellos y colocar los objetos en este espacio con mayor comodidad. Su capacidad de arrastre —400 kg más ahora, hasta los 3.500 kg— se ha incrementado para que el Mitsubishi L200 pueda ser también competitivo en este aspecto, frente a otros comparables disponibles actualmente en el mercado, como el Volkswagen Amarok, el Isuzu D-Max o los mencionados Ford Ranger y Toyota Hilux.
Presenta un habitáculo con un diseño cuidado y que se acerca más al que se ofrece en cualquier SUV destinado a no pisar jamás una superficie que no sea asfalto, que del que estamos habituados a encontrar en un vehículo de trabajo como este. En este sentido, el Mitsubishi Outlander es el donante para muchos de los elementos incluidos en el interior, como es el caso de su sistema de infoentretenimiento. La posición de conducción es ahora más cómoda, gracias a unos asientos que se posicionan un poco más altos y a un pilar A más vertical que facilita las operaciones de ingreso y salida del vehículo.
Los niveles de potencia disponibles para su propulsor, así como las combinaciones entre motorizaciones y sistemas de propulsión, dependerán de cada concreto mercado en el que el Mitsubishi L200 esté disponible para su adquisición
Motorización diésel renovada
Las opciones mecánicas están protagonizadas por el conocido motor diésel de cuatro cilindros y 2,4 litros de cubicaje, asistido por un turbocompresor de geometría variable y nuevo diseño, el cual ha sido revisado para disminuir sus pérdidas por fricción y aligerarlo. Son tres los niveles de potencia ofertados en su aplicación para este Mitsubishi L200, desde los 150 CV y 300 Nm de par de la alternativa menos potente, hasta los 204 CV y 470 Nm de la más capaz. El término medio está cifrado en este caso en los 184 CV y 430 Nm de par.
Los compradores podrán optar por una caja de cambios automática o manual, siempre de seis relaciones. Aunque estará disponible con configuración de solo dos ruedas motrices, son dos las alternativas que Mitsubishi ofrecerá para su sistema de tracción total, el Easy Select 4WD, con bloqueo del diferencial central, o el Super Select 4WD-II, que añade uno de deslizamiento limitado. Para poder adaptar su comportamiento a toda clase de superficies, el Mitsubishi L200 permite seleccionar hasta siete modos de conducción, desde el denominado Normal, hasta el Eco, pasando por los optimizados para moverse sobre tierra, nieve, barro, arena y terrenos rocosos.
Mayor rigidez y mejor comportamiento en carretera
El incremento de rigidez conseguido gracias a su nuevo chasis es de hasta un 40 % a la flexión y de un 60 % a la torsión. La ganancia de peso que implica esta nueva plataforma ha procurado contenerse mediante la utilización de un acero de alta resistencia, que permite obtener los mismos resultados en términos de rigidez estructural con una menor masa de material.
Su esquema de suspensiones se mantiene fiel a una configuración de doble triángulo en el eje delantero, aunque esta sexta generación incorpora un nuevo desarrollo de este elemento. Se ha trabajado en mejorar su durabilidad y fiabilidad, así como en su contribución a un mejor comportamiento en carretera. En el eje trasero monta un esquema de ballestas.
Mitsubishi ha trabajado en ofrecer un puesto de conducción más cómodo, también en cuanto a su acceso, además de un comportamiento más agradable en carretera
Algunos de los cambios revisados en los párrafos anteriores también tienen consecuencias positivas en términos de seguridad. Por ejemplo, la posición más elevada del puesto de conducción permite una mejor visibilidad hacia el exterior, potenciada por un capó delantero cuyas formas también benefician este aspecto. Además, cuenta de serie con control de crucero adaptativo y otros asistentes, habituales en todo vehículo moderno, como pueden ser los de cambio de carril o de aviso de ángulo muerto.
Tailandia se ha convertido precisamente en el primer país en el que el Mitsubishi L200 ha sido puesto a la venta. Se trata de un producto destinado fundamentalmente a mercados asiáticos y oceánicos, aunque no se descarta que esté próximamente disponible en otros territorios. De hecho, en 2024 y tras 12 años sin comercializarse en su país de origen, esta sexta generación supondrá el regreso del modelo al mercado japonés.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba ansioso en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS