Circulo por la A6 con la aguja del velocímetro clavada en 100 km/h. Estoy subido en el nuevo SsangYong Musso Sports, el cual, hasta el momento, se ha comportado como esperaba de un enorme pick-up como este. Mientras conduzco camino a casa, me doy cuenta de que no he visto ningún otro pick-up, al menos, no me suena haberlo visto. Así que, por mero aburrimiento –odio la autopista, es demasiado monótona– y por una curiosidad creciente, decidido estar más pendiente. Acto seguido, apenas cinco minutos después, me cruzo con el primer pick-up, un Toyota Hilux con unos años a sus espaldas. Luego me encontré otro clásico del sector, un Nissan Navara y me crucé con un tercero a poco para llegar a casa, un Ford Ranger levantado de suspensión y con ruedas gordas, muy yankee.

La verdad es que no me sorprendió encontrar tan pocos pick-up, no son coches que acumulen grandes niveles de ventas, aunque sí son vehículos que gustan a muchas personas. El caso es que no son vehículos prácticos, ¡ni siquiera tienen maletero! Son grandes y difíciles de aparcar. Por precios no es, porque los tan apreciados SUV cuestan lo mismo o incluso más, según modelo y versión, y por diseño tampoco, porque las opiniones que se pueden escuchar son, por lo general, bastante buenas. De todas formas, todavía recuerdo, hace unos años, un ligero aumento en el lanzamiento de modelos en este segmento, incluso Mercedes se introdujo en la parcela de los pick-up y comenzaron a surgir rumores sobre lanzamientos similares por parte de BMW o de Mazda. Que los japoneses desarrollaran un pick-up no era sorpresa ninguna, ya han tenido uno en catálogo y, de hecho, actualmente tienen el BT 50, que se vende en Tailandia o en Australia –y que en el fondo es un derivado del Isuzu D-Max–.

En aquel momento, con los diferentes lanzamientos todavía calientes, llegué a pensar que los pick-up iban a ganar algo de peso en el mercado y que pasarían a convertirse en un complemento de los SUV, en una moda que comenzaría a ganar adeptos y a ver como sus ventas aumentaban. Sin embargo, se puede decir que fue un espejismo, una sensación provocada por unos lanzamientos muy cercanos unos a otros y por la tendencia en Internet en casos como esos, siempre rodeados de especulaciones y supuestos rumores. Los pick-up son coches minoritarios y serán coches minoritarios, al menos en Europa.

Después de pasar varios días con el Musso Sports como coche de diario, tengo claro que, aunque han mejorado una barbaridad en cuestiones como el refinamiento y el tacto general, no son coches para usar a diario. Y no es el primer pick-up que he usado como único coche en casa, así que, creo tener una base suficientemente sólida para sostener mis opiniones. Y no son coches “para todo”, o al menos yo no los veo como eso, por diferentes motivos, como la ya mencionada falta de maletero o también por su tamaño, que origina algunos problemas molestos, como por ejemplo, que no entraba en el garaje, ni por longitud ni por altura, aunque el tema de la longitud, en mi caso, es debido a que comparto el garaje –metemos dos coches en tándem–.

Interesantes sensaciones para lo grande que es

Como siempre, todo esto lo estuve hablando con nuestro stuntman particular, el señor Miguel, quien, por su parte, tuvo buenas sensaciones al volante del Musso Sports.

– Miguel: Para ser un todoterreno, tiene buena sensación de aplomo en carretera. Baila un poco, pero me ha sorprendido que para el tamaño y la altura a la que se va sentado, por carretera va muy bien.

– Javi: Han mejorado mucho en ese apartado, ya no son tan toscos, aunque eso supone perder un poco de capacidades todoterreno. De hecho, este tiene unas suspensiones delanteras de paralelogramo deformable con muelles y detrás lleva multibrazo, solo las versiones comerciales llevan ballestas. 

– M: Pues en campo ha sido como esperaba. Me esperaba que pasara por donde ha pasado, que subiera por donde ha subido y que también fuera tan dinámico en pistas de tierra. Se ve venir de lejos que iba a ser así.

Comparto las impresiones de Miguel, pero con matices. Por ejemplo, es cierto que el SsangYong Musso Sports ofrece muy buenas sensaciones en carretera para el tipo de coche que es, con aplomo incluso en carretera con curvas y sin necesidad de ir despacio. Sin embargo, por encima de los 110 km/h no interesa rodar porque el coche empieza a dar señales de ir incómodo. Puede rodar a 120 km/h, incluso a 150 km/h de marcador con seguridad, pero envía constantemente señales para que se baje el ritmo. El crucero ideal es 100 o 110 km/h, donde el motor gira casi a ralentí, la dirección es suficientemente rápida y las suspensiones asimilan mejor los largos apoyos en curva que hay en autopista.

En carretera de montaña nos encontramos con algo similar, es decir, cuanto más rápido se rueda, más incómodo se muestra, tanto para conducir como por comportamiento. El Musso Sports es un coche lento de reacciones, la carrocería se mueve mucho cuando atacas curvas un poco rápido y tarda un siglo en empezar a girar –neumáticos con mucho perfil, suspensiones tirando a blandas y con mucho recorrido, dirección con muchas vueltas entre topes… –. Básicamente, no es un coche para correr ni en autopista ni en carretera secundaria, de hecho, el coche lo que pide es circular relajadamente con movimientos suaves y sin brusquedades. Es una sensación que se tiene todo el rato, o más que una sensación, es algo que te transmite el Musso Sports; “no hay prisa, no corras, si vamos a llegar igual”. Si no pasas de 110 km/h en autopista y en secundarias llegas con una velocidad adecuada a la curva, es incluso cómodo, muy cómodo.

Sin embargo, Miguel afirma que el cambio hace cosas raras, no le gusta la gestión que hace de las marchas.

– Miguel: como punto negativo yo le destacaría la forma de gestionar las marchas. No me gustó nada, no me he aclarado, de hecho, con este coche.

– Javier: pues yo opino justo lo contrario, que la gestión de las marchas está bastante bien. Te puedes olvidar de qué hace la transmisión y centrarte en otras cosas. Y nunca he notado que vaya en una relación equivocada. Quizá sea mi forma de conducir, que se adapta mejor al coche.

Divertido, pero demasiado fácil y muy “atado”

“Miguel, yo me voy a poner aquí, ¿ok? Tú coge el trasto y vete para allá, atrás, y cuando estés aquí, intenta cruzarlo un poco. Ojo, un poco, que no me da tiempo a quitarme si lo pierdes”.

Así, tras dar unas pequeñas indicaciones, Miguel marcha al volante del SsangYong y yo me coloco para lanzar la ráfaga según pase. Escucho como acelera, veo que se levanta una nube de polvo y aparece el SsangYong arrastrando el morro hasta que consigue agarre y traza la curva como una exhalación al tiempo que me deja rodeado de una nube de arena. Miro las fotos y nada, hay que repetir. Vuelve arrastrando el morro, agarra, pasa rápido y de nuevo, nada, no hay cruzada.

– Javi: Miguel, tío, irás en propulsión, ¿no? Son 202 CV y 2.260 kilos, no esperes que se cruce con la tracción total conectada.

– Miguel: Va en propulsión, y no me gusta que no me deje sacarlo en absoluto. Y tiene buena entrega de potencia, pero no deja jugar, es un poco soso en cuanto a manejo. Si tienes que pasar una piedra la vas a pasar, pero no la vas a pasar de forma tan divertida como con otros.

Al final descartamos la cruzada porque habíamos logrado algunas fotos interesantes –la foto principal, por ejemplo– y pasamos a otros derroteros. No obstante, antes de hacer nada también probé yo a cruzar el Musso y es cierto que no es fácil. Tal y como se veía desde fuera, el morro arrastra mucho y aunque vas más rápido de lo que parece, no es tan divertido como, por ejemplo, un Wrangler, que se cruza a base de gas con mucha facilidad –siempre que sea en tierra o similares, claro–. El apelativo Sports no le viene mal, pero es más un coche de raid, para ir “a saco” por caminos sin asfaltar con un elevado control, que un coche de rallies que puedas cruzas en un viraje. Y cuando digo que puedes ir rápido, digo muy rápido para caminos de tierra.

Cuando sales del asfalto, el coche se transforma totalmente, ya no parece tan lento de reacciones y puedes mantener una velocidad elevada sin que de muestras de estar incómodo. También es cierto que la velocidad elevada en tierra, es bastante inferior a la que se puede llevar en asfalto, pero no deja de ser curioso que parece otro coche. Es divertido, sube por pendientes importantes y no le importan los agujeros, a no ser que tengan una profundidad notable, en cuyo caso, solo hay que bajar la velocidad y los sorteará sin complicaciones. Como dice Miguel, da la impresión de ir muy sujeto, no te deja desmadrar y me llamó la atención que no rebota de atrás en ningún momento.

A precio de SUV compacto

Hay un detalle que no me ha gustado nada de nada, y tiene que ver con la gestión de las marchas en modo manual. No se hace mediante el selector, sino mediante un pequeño joystick, muy pequeño, que está colocado en el lado izquierdo del pomo y que se acciona con el dedo pulgas. Si lo empujas hacia arriba, sube de marcha, si tiras de él hacia abajo, reduce, y me parece muy poco intuitivo y hasta incómodo. Exceptuando esto, para ser sincero, me lo he pasado muy bien con este Musso Sportss, sobre todo por caminos de tierra.

Lo mejor de todo es que, comparado con los SUV más populares y que hemos probado en alguna ocasión, resulta incluso barato. Según web oficial, el más barato parte de 27.500 euros con los descuentos incluidos y el más caro, el que nos cedió la marca, desde 38.000 euros, que con un descuento promocional que hay en julio de 2023, se reduce en 5.000 eurazos.

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