Una de las actividades más comunes de aquellos propietarios de autocaravanas y campers suelen ser las escapadas de fin de semana. Incluso hay quienes se plantean vivir dentro de su autocaravana de forma regular. Y para ahorrarse pagar un camping o un área de acampada, muchas veces se suele dormir en el interior del propio vehículo. Esta práctica es la que considera irregular la Federación Española de Empresarios de Camping (FEEC), en un escrito que ha remitido al Gobierno de Aragón con motivo de la consulta pública previa a modificar el Reglamento de alojamientos al aire libre.

En este documento, la FEEC afirma que “pernoctar en una autocaravana, fuera de un camping o de un área de pernocta para este tipo de vehículos, legalmente establecida, es una actividad de acampada” y exige sanciones para aquellos que lo realicen fuera de las áreas de camping. También acuña un nuevo concepto como son las “áreas de autocaravanas”, que define como espacios similares a un camping de una estrella en el que estos vehículos se juntan y son utilizados para dormir en vías o espacios públicos por sus propietarios. De nuevo ven un uso turístico ilegal en esta práctica.

Para todo este problema proponen una serie de medidas a tomar, que según su opinión solucionarían el conflicto. La primera sería incluir dentro del concepto y la legislación de la acampada el dormir dentro de una autocaravana, lo que implicaría que fuera ilegal hacerlo fuera de los campings (cobrando así estos empresarios por estas escapadas por las que ahora mismo no ven ni un euro). Además de esto, también sugieren que se sancione y se persiga a aquellos que utilicen una autocaravana para dormir, de forma directa, para que no escape nadie de sus redes.

Sin duda estamos ante un intento de sacar tajada del gran crecimiento que ha vivido el caravaning debido a la crisis del coronavirus. Los propietarios de autocaravanas, ahora más que nunca, buscan huir de las multitudes para evitar contagios. Muchas veces estacionan en la vía pública y duermen en el interior de sus vehículos, ahorrando dinero y manteniéndose lejos de los demás turistas. De ahí surgen estas ganas de modificar la normativa y tratar que estas personas que hacen turismo “gratis” (que no es así, porque ni los vehículos ni el combustible lo son) pasen por caja como sea.

La principal base en la que se sostienen las reclamaciones de la FEEC es que la normativa sobre dormir en la autocaravana no está bien detallada. La propia Federación cita la principal legislación vigente sobre este tema, la Instrucción del Ministerio del Interior 08/V-74, y acusa a las Administraciones públicas de acogerse a ella “sin criterio ni motivación”. En esta normativa lo que se establece es que existen dos supuestos para las autocaravanas y campers: que estén acampadas, o que estén estacionadas.

Se considera que una autocaravana está acampada cuando se extienden elementos en el exterior del perímetro de esta, como por ejemplo toldos, patas estabilizadoras, se colocan sillas o mesas fuera, o se abren ventanas batientes. Tampoco se pueden emitir ruidos molestos de forma continuada, ni verter ningún tipo de fluido al exterior (ni aguas limpias ni grises ni negras) ni tampoco cocinar o realizar fuego fuera del vehículo. Cualquiera de estas actividades implica acampar, y, como consecuencia obliga a encontrarse en un camping o área donde la acampada esté permitida. Además, la autocaravana en este supuesto se rige por la normativa autonómica aplicable a las acampadas.

Cosa bien distinta es cuando la autocaravana se considera que está estacionada. En este caso es cuando se aplica la legislación general de tráfico, en donde se asegura a la autocaravana el mismo derecho a estacionar en las vías y espacios públicos que al resto de vehículos. Siempre y cuando no realice las acciones que mencionábamos anteriormente y el vehículo esté bien estacionado, la actividad que pueda haber dentro de la autocaravana por parte de sus ocupantes no es relevante, por lo que está permitido que puedan cocinar o dormir sin problemas en su interior.

No obstante, esto sufrió una ligera modificación en 2015, con la aprobación del Real Decreto Legislativo 6/2015. En él se establece que las autoridades municipales tendrán competencia para regular el uso de las vías urbanas y los aparcamientos, así como las condiciones de las paradas y estacionamientos en su término municipal. Por ello, hay municipios en los que podemos encontrarnos con prohibiciones de estacionamiento en el centro urbano o límite máximo de tiempo que se puede estar estacionado. Sin embargo, estas limitaciones en ningún caso podrían ser exclusivamente dirigidas a autocaravanas, hecho prohibido también por el Reglamento General de Circulación.

La FEEC, para argumentar porqué la normativa debería sufrir modificaciones, decide poner en duda que la Dirección General de Tráfico sea el organismo competente a la hora de legislar sobre este tema. Como consideran que este uso de las autocaravanas es equiparable al de una vivienda, entonces “deja de ser una competencia de tráfico pasando a ser una materia ajena a la circulación”. Por lo tanto, no puede regirse por las normas que establezca la DGT, como es esa Instrucción 08/V-74 que todo conductor de autocaravana suele tener a mano en caso de que alguna autoridad cuestione la legalidad de su estacionamiento.

Todo esto no son más que propuestas por parte de un grupo de empresarios a un gobierno autonómico, en este caso el de Aragón, que también tiene interés en recaudar algo más de dinero a costa de los fanáticos del caravaning. Pero es más que probable que ideas similares se extiendan al resto del país, e incluso se lleven al Congreso proposiciones en este sentido, todo sea por hacerse con un trozo de este pastel.