Probablemente, la principal virtud de Grind Hard Plumbing Co. esté en que cada una de sus propuestas es única. Todas parten del mismo propósito, el del manejo todoterreno, pero ninguna se parece a la otra, cada una promete una experiencia diferente. Tal vez, si por esas casualidades este artículo llega a algún lector que haya tenido la oportunidad de vivirla, pueda ratificar o no. Es lo que parece estar a las claras, sin haber practicado esta atracción.
Los presentan como “vehículos absurdos” y “coches disparatados”, y es así. La premisa es combinar lo extremo con lo creativo e inverosímil para hacer de la conducción todoterreno todo lo contrario al aburrimiento. Hay mucho de cultura norteamericana en el acto de tomar modelos y hacer de ellos algo lo suficientemente ridículo como para no resistirse. ¿O es acaso al revés? Por otro lado, algo, igual a cosa, cosa, igual a monstruos. No hablamos de monster-trucks convencionales, pero hay mucho de eso.
Las casas de personalización abundan el territorio americano de costa a costa y de norte a sur. Los ejemplares de Grind Hard están en otro nivel. Un factor es que están hechos a la medida de su hábitat natural: los remotos bosques de Idaho. Un parque natural devenido en parque de atracciones. Cada creación elaborada por estos entusiastas está hecha para ser probada allí, ya sea para dejar violentas huellas sobre barro y tierra o para desafiar el manto blanco en las épocas invernales. En ocasiones los sacan a pasear al asfalto, pero solo para participar en eventos a los que una casa de personalización de su talla no puede faltar, como el SEMA Show.
“Al ver esto, nos dieron ganas de construir un coche drift”, publicaron a finales de noviembre en su cuenta de Instagram. Ellos van donde está la adrenalina, saben apreciar la diversión, incluso si proviene de una disciplina que no es la suya. No me considero un aficionado del drift, pero, cómo decirlo para justificarlos… cultura norteamericana. ¡La cultura del nada es suficiente! No descubro nada cuando digo que es difícil competir con Estados Unidos cuando de exuberancia se trata. El Humvee, el 4×4 militar de la que derivó finalmente el Hummer, cumple con los requisitos para formar parte de las filas de Grind Hard. Sobran las palabras al echar un vistazo al siguiente post:
Es uno de los juguetes más exprimido, pero no el más original. ¿Quién recuerda la moto de la saga Batman de Christopher Nolan? De algo todavía más impresionante, aunque sin el armamento, claro, hace gala esta gente. Su nombre es Monster Chopper y espero que con este ejemplo me entiendan cuando insisto con que no estamos frente a monster-trucks convencionales.
Todo muy impresionante, pero… ¡No me marcharía del territorio de Grind Hard sin antes subirme y tomar el mando de alguno de sus pequeños kei-cars! Sí, hasta se atreven a darle a estos coches propios del mercado japonés un uso cuya finalidad poco tiene que ver con la del consumo y la eficiencia del espacio. Que las apariencias no engañen: tal parece que hay que saber domar a este mini-rosa o, de lo contrario, vaya uno a saber adónde puedes acabar. Lo bueno es que cuenta con una configuración de rodado y suspensión diseñada para garantizar estabilidad.
Cada integrante de esta flota es mejor que la anterior, pues cuando crees que nada más puede hacérsele a un kei-car, aparece un Mitsubishi con, atención aquí, neumáticos de Fórmula 1. Este experimento, exclusivo de una siguiente entrega.
Mauro Blanco
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