La vara de medir está alta en el universo de Grind Hard Plumbing. En un artículo anterior, les introduje algo acerca de su actividad, la de llevar al siguiente nivel la idiosincrática personalización americana, esa que no admite que un vehículo, sea cual fuere, pase desapercibido. La vara, insisto, está alta en los remotos bosques del norte de los Estados Unidos, ya que, si hubiera que hacer un concurso para elegir la mejor creación de estos entusiastas, el jurado lo tendría realmente difícil.
En el mundo de Grind Hard, no tiene sentido hablar de peores y mejores. Partiendo de la premisa de que no hay aquí lugar para lo convencional, sus vehículos son mutantes incomparables y uno de los aclamados, al que llamaría “El abominable kei-truck de las nieves”, puede que sea el Mitsubishi más único en el planeta, una completa –y compleja– rareza. En realidad, este todoterreno es apenas una parte Mitsubishi, una cuota japonesa que deriva de un ejemplar Minicab que decidieron reciclar para darle una segunda vida, un mejor uso que el que, debido a ciertos defectos en su funcionalidad, su faceta de fábrica le permitía.
Viendo un video en el canal oficial de Youtube que muestra el proceso de armado de esta extraña criatura, observo el chasis del cual partió. Entonces llego a la siguiente conclusión: si se lo proponían, todo podría haber acabado allí y, sin embargo, hubiese resultado tan tentador y exótico como el resto la flota. De hecho, la casa Grind Hard se atrevió en su momento a experimentar con una suerte de chasis monster-truck, pero todo quedó en el intento por no ser viable.
Entre los comentarios, he leído que un seguidor había propuesto que completaran el trabajo con una carrocería de Corvette y un motor del Humvee –el militar es otro de sus aclamados juguetes–, a lo que otro redobló la apuesta y ambos estuvieron de acuerdo: aplicarle un motor del Corvette y una carrocería del Hummer. Todo esto no pasó del vivo deseo de los aficionados que siguen a diario el trabajo de esta gente. Ese chasis con enorme rodado no pasó de proyecto, pero la alternativa fue algo igual o más genial. “¡La mayoría de ustedes probablemente saben exactamente dónde terminaron este motor y esos neumáticos!”, publicó Grind Hard días atrás, haciendo referencia a la criatura que finalmente heredó sus partes: la Monster Chopper es una de esas que nuestros compañeros de espíritu RACER moto tal vez quieran conocer.
Pero no. A diferencia de aquellas intenciones sobre ese chasis 4×4 que no pudo ser, el destino de esta otra estructura siempre estuvo decidido. Todo partió de un Polaris Ranger versión 6×6, al cual se lo despojó de su carrocería, pero se le mantuvo la transmisión y el motor de 760 centímetros cúbicos, superior a los 660 cc que hubiese tenido si se le instalaba el motor del Minicab.
Adaptar la carrocería del kei-truck de Mitsubishi al chasis del Ranger no fue la parte más complicada. Bastó con quitarle a este último unas 18 pulgadas. El tema fue la incompatibilidad de direcciones: volante a la izquierda en el Polaris, volante a la derecha en el japonés. Hubo que hacer las obligadas modificaciones, pero todo llegó a buen puerto. El resultado, entonces, es este mini truck que potencia la tracción a sus seis ruedas al darle una carrocería superior. Pero esta pequeña bestia, capaz de dominar el hábitat para el cual fue desarrollada, merecía un toque final.
La F1, presente en esta 6×6
Difícilmente podrías imaginarte un monoplaza de la Fórmula 1 combatiendo las hostilidades del manto blanco de los bosques del norte de Idaho, pero Grind Hard se aseguró de que la máxima categoría estuviera presente en este Polaris-Mitsubishi 6×6. Sí, una 6×6 con neumáticos F1, que a continuación, en este vídeo que confirma el minucioso trabajo al que fue sometido el sistema de suspensión, puedes ver en acción:
Mauro Blanco
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