No es la primera vez que vemos al Mazda MX-5 sufriendo modificaciones extremas, pero a un hombre de Texas con tiempo, presupuesto y ganas ha llevado lejos de lo razonable este coche. Con un V8 este Miata se atreve con todo, tanto es así que se puede considerar el Mazda MX-5 todoterreno que necesitas para llegar a cualquier parte si te lo propones.

Está claro que su diseñador no pensó que su pequeño roadster inspirado en los deportivos ingleses llegaría tan lejos, pero es algo perfectamente factible cuando un coche llega a las manos de un apasionado a la mecánica con los medios necesarios. Gracias a la gran sencillez del diseño del primer MX-5 (NA). La primera modificación a la que se enfrentó fue cambiar el motor, el 1.6 de serie a duras penas podría enfrentar una rampa con unas ruedas adecuadas para la conducción off-road, por lo que su propietario eligió un V8.

En sus unidades son 302 pulgadas cúbicas, o lo que es lo mismo, 5 litros de cilindrada, los que cubica el propulsor firmado por Ford que eligió el propietario del Miata. Lo que equivale a 340 CV y 447 Nm de puro músculo americano con el filtro a la vista a través del capot agujereado, pero podría ser algo más, ya que las tapas de válvulas son de Ford Racing. Junto a esto le acompañan culatas de aluminio, árbol de levas, colector de admisión Edelbrock Performer y un carburador Holley Demon, por lo que es más que probable que esté más cerca de los 400 CV que de los 340 CV del propulsor de serie.

En una trialera quizá no, pero si me veo en un camino un poco abrupto disfrutando de su V8

Independientemente de la potencia que sea capaz de erogar el propulsor, toda la potencia se transmite a las ruedas traseras tras pasar por una caja de cambios de 5 relaciones y un diferencial trasero de Ford de 7,5 pulgadas. Todo en consonancia para vadear ríos o subir grandes rocas, como la suspensión que se ha sustituido por un kit de elevación Paco Motorsports, acompañado de amortiguadores Tokico. Para las llantas se ha confiado en Bassett con un modelo de 14 pulgadas y las acompañan unos neumáticos todoterreno de Forceum en 27×8,5 pulgadas.

El aspecto visual es de lo más sencillo, con el color original Classic Red acompañado de un techo duro en el mismo color, mientras que el paragolpes delantero ha sido cortado bajo los intermitentes y pintado en negro mate junto a una gran barra que protege el radiador. Los faros se han sustituido por unos con tecnología LED, se han instalado en el techo luces de alta intensidad y una antena que lo hace parecer un antiguo coche radiocontrol. El interior se ha mantenido casi de serie, excepto por la barra antivuelco que discurre tras los asientos, la instalación de un equipo de sonido Pioneer y un volante desplazado de dudoso origen. El aire acondicionado ya no está, por lo que si hace calor lo más fácil es quitarle el techo.

Independientemente de las capacidades que tenga, este es el Mazda MX-5 todoterreno que necesitas para divertirte fuera de la carretera, y a nadie le importa si ha perdido la esencia para la que fue diseñado. Por los 14.000 $ que se ha gastado su propietario bien merece una mención de honor, aunque en Europa con los precios que están alcanzando estas unidades es preferible mantenerse lejos de este tipo de modificaciones.