Si vas a comprar un Range Rover, amigo, mejor que sea uno de Kingsley

Si vas a comprar un Range Rover, amigo, mejor que sea uno de Kingsley

El Kingsley KSR es el restomod definitivo con la base de la primera generación del Range Rover


Tiempo de lectura: 8 min.

Como ya sabéis, aquí en espíritu RACER nos gusta dedicarle un espacio a los restomods más especiales. Hay unos que son idóneos para correr en pista, como el HWA Evo que os presentamos hace un tiempo. Pero hay otros que no necesitan acercarse a la barrera de los 300 km/h para tener un toque único, algo más o menos intangible que te deja con ganas de más. Y amigos, el Range Rover que os traemos hoy, el Kingsley KSR, es uno de éstos últimos.

La primera generación del Range Rover es ya conocida por todos: uno de los pilares de los SUVs de hoy día, aunque con mayores capacidades fuera del asfalto que muchos de los actuales modelos. Un diseño más elegante, menos rudo que el Land Rover de toda la vida, pero sin grandes pérdidas a la hora de meterse por terrenos más escarpados.

¿Y Kingsley? Si no eres un fanático de los Land Rover y los Range Rover, probablemente no sabrás que lleva restaurando y reconstruyendo sus modelos clásicos desde 2001. En 2024, tras una situación económica difícil, Kingsley cambió de propietarios, pero su espíritu se mantiene intacto. En Kingsley se sienten orgullosos de tener sus talleres cerca de Solihull, la localidad inglesa que ha visto nacer muchos de los modelos icónicos de la marca. Su forma de trabajar meticulosa y su pasión por el detalle consiguen mejorar con creces los modelos que pasan por sus manos. Y el Kingsley KSR representa la cúspide de sus realizaciones.

Cómo empezó todo: el Range Rover de 1970

La idea del Range Rover en realidad venía desde bastante tiempo atrás: ¡los estudios de desarrollo de un Land Rover más civilizado se llevaron décadas! Inicialmente conocido en interno como Road Rover, el concepto fue evolucionando hasta tomar su forma definitiva. Con su característica carrocería de cien pulgadas y dos puertas, el proyecto adoptó finalmente el nombre Velar (¿os suena ese nombre de algo?). En junio de 1970, el modelo definitivo se presentó al mundo como Range Rover.

RangeRover Kingsley (2)

La versión de cuatro puertas se estudiaría poco después en 1972. Sin embargo, el primer Range Rover con esta configuración no saldría de las instalaciones de Land Rover, sino de las de Monteverdi (fabricante del Monteverdi Safari, otro precursor de los SUVs de lujo), en el año 1980. Aunque el fabricante suizo presentó un prototipo del Safari de cuatro puertas, éste nunca llegaría a producción. No pasaría mucho tiempo antes de que Land Rover comenzara la producción propia de su Range Rover de cuatro puertas. A esta carrocería se le uniría, en 1992, la versión de batalla larga.

La presentación de su sustituto en 1994 no supuso la inmediata desaparición del modelo original, pues convivirían juntos hasta 1996. Para diferenciarlos, el primer Range Rover añadió la denominación “Classic” que le acompañaría hasta el final de su dilatada carrera comercial, nada menos que 26 años.

Los Range Rover de Kingsley

Además de los Defender, Kingsley ofrece tres series diferentes para el Range Rover: estamos hablando del KC, el KR y nuestro protagonista, el KSR.

Los KC están basados en la variante de dos puertas, se trata de restauraciones (¿o quizá deberíamos decir reconstrucciones?) exhaustivas en las que se mantiene, a priori, el aspecto del Range Rover original. Eso sí, protegiendo la carrocería con esmero para hacerla más resistente a la corrosión. Por supuesto, sacando la billetera se pueden solicitar cambios con respecto a las especificaciones originales.

RangeRover Kingsley (3)

Los KR van un paso más allá y, bajo la apariencia de un Range Rover de dos puertas original, incluyen mejoras a nivel de motor, suspensiones, frenos y aislamiento acústico, además de ofrecer una amplia variedad de opciones para el interior. Nuevamente, el único límite es la solvencia de la cartera.

Pero los que juegan en una liga diferente son, sin duda alguna, los KSR. El nombre en sí es ya una declaración de intenciones: Kingsley Superior Restomod. No estamos ante un Range Rover cualquiera. De hecho, mientras que los KR mostraban un logotipo “Kingsley” discretamente en el lateral, en los KSR los logotipos frontal y posterior del Range Rover son directamente sustituidos por el nombre Kingsley, en un estilo muy próximo al de los logotipos originales. Ya nos podemos hacer una idea de que aquí se cuece algo más “gordo”.

El Kingsley KSR en detalle

El proceso de transformación de un Range Rover de primera generación a un Kingsley KSR pasa, en primer lugar, por desmontar el modelo donante por completo y dejar la carrocería totalmente decapada. A partir de ahí comienza la reconstrucción: se le aplica un tratamiento anticorrosión propio de los nuevos tiempos y se aplica la pintura. Kingsley tiene previstos diferentes colores, un total de ¡treinta tonalidades predeterminadas! Pero si ninguna de estas opciones te termina de convencer, puedes elegir literalmente el color que desees. Además, Kingsley ofrece tres acabados diferentes: high gloss, metalizado y mate. Para el techo se ofertan tres tonos: blanco, negro y azul oscuro.

A diferencia de sus hermanos KR y KC, para el KSR están disponibles tres configuraciones de carrocería, las tres que estuvieron disponibles para el Range Rover original: dos puertas, cuatro puertas “normal” y cuatro puertas con batalla alargada. Hay seis tipos diferentes de llantas para elegir, que pueden ir pintadas en seis tonalidades diferentes. Kingsley ofrece dos opciones para los faros: la clásica de toda la vida y otra que recuerda a los famosos “angel eyes” de BMW en óptica simple, claro, cuestión de no variar en demasía la estética original del modelo de Solihull. Para la calandra se puede elegir el estilo clásico y el más moderno, lo mismo que para los paragolpes delantero y trasero, aunque existe una tercera opción para los delanteros que es parecida a los clásicos. Cada uno de ellos se puede elegir en color plateado, negro o azul oscuro.

Kingsler Rage Rover

Pero es en el interior donde nos encontramos la mayor sorpresa: un salpicadero totalmente nuevo que, para mi gusto, es un acierto total. Presenta un diseño clásico y minimalista que cambia por completo la apariencia interna del Range Rover, dejándolo muy atractivo en mi opinión. La consola central es también de nueva factura y adapta al Kingsley KSR a los nuevos tiempos, gracias a la adopción de una pantalla de discreto tamaño (justo lo contrario a la tendencia actual) que permite conectividad con el teléfono móvil.

Kingsley también ha aprovechado para solventar uno de los puntos débiles del primer Range Rover: el aire acondicionado. La palanca de cambios resulta también muy elegante, eso sí, despídete de la reductora, porque ha desaparecido del mapa: es poco probable que el cliente de un KSR pretenda hacer todoterreno extremo. Completan los cambios el nuevo cuadro de instrumentos y el volante, que exhibe con orgullo la “K” de Kingsley. Los materiales utilizados y la calidad de sus acabados ponen el listón muy alto.

Y si es configurable el exterior, el interior tampoco se queda atrás: se pueden elegir dos tipos de asientos, veinte diseños de tela, diez colores de interior, … Una infinidad de posibilidades, os recomiendo que le echéis un vistazo al configurador que ha habilitado Kingsley en su página web para comprobar hasta qué punto se puede llevar la personalización. Probablemente cada KSR sea, literalmente, único.

En el KSR, además, nos encontramos con importantes mejoras a nivel técnico, que no desentonan en absoluto con un modelo de 2025, y que nos harán olvidar rápidamente la ausencia de reductora. La suspensión TracTive es ajustable según los deseos del conductor, y mejora el comportamiento con respecto a un Range Rover original. Los frenos son también diferentes, de mayores dimensiones.

¿Y qué es lo que mueve a esta elegante bestia? Kingsley ofrece dos motores de combustión: una evolución del motor Rover de 4,6 litros de cubicaje, y un motor de origen GM, el LS3 de 6,2 litros. ¿Vives en el centro de una gran ciudad con zona de bajas emisiones, y pretendes recorrer más de 5.000 kilómetros al año con tu flamante KSR? Ningún problema, porque Kingsley también ha pensado en ti y te ofrece la opción de equipar un motor eléctrico.

Conclusiones

Al realizar este Range Rover definitivo, Kingsley asume que tu capacidad económica debe ser abultada. En efecto, los precios del KSR parten de las 220.000 libras esterlinas, más de un cuarto de millón de euros al cambio. Precios que crecerán exponencialmente en función de los requerimientos de su futuro propietario, ya que en Kingsley están dispuestos a personalizar hasta el último detalle tu KSR.

¿Caro? No, carísimo. Probablemente la mejor alternativa a este Kingsley KSR sea el Mercedes-Benz Clase G, cuyos precios de configurador parten de 150.000 euros, cien mil menos que el modelo inglés. Pero quien busque distinción, encontrará en el Kingsley una opción mucho más exclusiva y personalizada. Un modelo que hará que su propietario se sienta orgulloso de él.

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Jesús Alonso

Soy un apasionado de los coches desde que era muy pequeño, colecciono miniaturas, catálogos, revistas y otros artículos relacionados, y ahora, además, disfruto escribiendo sobre lo que más me gusta aquí, en Espíritu RACER.

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