El Ford Ranger Raptor es tan bestia como parece

El Ford Ranger Raptor es tan bestia como parece

No parece el mismo coche fuera y dentro del asfalto


Tiempo de lectura: 12 min.

El Ford Ranger Raptor es uno de esos aparatos que llaman la atención de todo el mundo allá por donde pase. Es enorme, aparatoso y parece siempre fuera de lugar; es verdaderamente yankee incluso en el solo color que lucía la unidad que nos prestó la marca. Solo en frontal, con el nombre de la marca en un tamaño descomunal, ya sorprende a más de uno y verlo por el retrovisor impresiona, sin embargo, aunque resulta un coche espectacular, me ha dejado sensaciones agridulces. A Pablo, nuestro director, le ha enamorado, como la generación anterior, pero yo no he quedado tan convencido.

Seguro que has leído multitud de pruebas donde describen toda clase de bondades y buenas experiencias, que las tiene, ojo, es un trasto de cuidado, puedes pasar por ciertas zonas a una velocidad tan absurda que lo único que puedes esgrimir en ese momento es una sonora carcajada porque parece una broma, pero fuera de ciertos ambientes, el Ford Ranger Raptor es un enorme incordio. Circular por ciertos lugares es estresante por su enorme tamaño, hay que hacer frenadas muy largas si no quieres que el pasaje se sienta dentro de una coctelera, es muy lento de reacciones, no importa a la velocidad que vayas, siempre hay inercias…

De todas formas, vamos poco a poco, que como siempre, no todo es malo y el Ranger Raptor tiene una fama merecidamente ganada. La cuestión es, para resumir un poco el asunto, que hablamos de un coche que no es para todo el mundo, ni para todas las ocasiones, aunque conozco casos de usuarios que se han comprado uno para usarlo como coche de diario y no pisará nunca un camino de tierra, algo que, para ser honesto, me parece un sinsentido. ¿Quién quiere un Ranger Raptor para conducir únicamente por carretera? Es evidente que el factor postureo está muy presente, aunque a muchos esa expresión no les guste.

Ford Ranger Raptor 25

Resulta tan bestia como parece, aunque el motor turbodiésel se queda un poco justito

El Ford Ranger Raptor no tiene rivales en España

Al César lo que es del César; el Ford Ranger Raptor es un coche sin rivales en España, no hay nada semejante a este enrome pick up, aunque eso de enorme solo nos lo parece en Europa, en Estados Unidos es lo que llaman una “camioneta compacta”. Allí, la propia Ford tiene el F-150, por ejemplo, cuya longitud es de casi seis metros –5.794 milímetros, 228,1 pulgadas– y por encima del F-150 está el Ford Super Duty, que en España sería básicamente un camión capaz de cargar 3.000 kilos en sus 6.762 milímetros de largo –266,2 pulgadas–. Pero no es único en su género por su tamaño, sino por su planteamiento. Es lo que podríamos denominar como un pick up deportivo, pero deportivo al estilo off road, apenas habría que hacer “cuatro cosas” para correr una baja con cierta solvencia.

En España no hay ningún pick up con un planteamiento como ese, lo más parecido es el Toyota Hilux GR Sport, pero no es ni de lejos tan deportivo como el Ranger Raptor. Es japonés busca ofrecer una deportividad más visual, más estética, aunque no prescinde de una puesta a punto específica ni de un motor turbodiésel como en el caso del Ranger Raptor, con casi la misma potencia –205 CV para el americano y 204 CV para el japonés–. Podría ser una buena comparativa, lo hablaré con las marcas… En Estados Unidos sí hay pick up con un planteamiento similar, como el RAM 1500 TRX o el Chevrolet Silverado ZR2. No obstante, por tamaño, son rivales para el Ford F-150 Raptor norteamericano.

Su especial condición lo hace más llamativo todavía por las calles españolas, sobre todo si, como yo, vives en una localidad de tamaño más o menos mediano, con calles estrechas por donde parece que no entrará el coche, pero al final si entra. Justo, pero entra. El color que tenía la unidad que nos cedió la marca, como he comentado antes, hace que parezca más pequeño de lo que es, si hubiera sido con el bonito azul que hay en catálogo habría llamado la atención todavía más, y con el naranja habría sido el centro de todas las miradas. También se puede configurar en blanco y en negro, pero creo que no le pegan demasiado, aunque para gustos ya se sabe.

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No hay otro pick-up en España tan radical como el Ranger Raptor

La deportividad del Ranger Raptor se aprecia a simple vista, con un aspecto más agresivo –protecciones de plástico en los pasos de rueda, llantas, combinación de colores– y con un interior donde el negro es la base y se completa con diferentes elementos en color rojo. Es bonito, no lo voy a negar, y es agradable, pero los acabados podrían mejorarse. La sensación general es buena, pero hay cositas que no están a la altura, como el tacto y el aspecto de algunos plásticos. El cuero tampoco me convence, de hecho, en un coche como este, pensado para arrasar a velocidad de locos todos los caminos de tierra que te encuentres, no le veo sentido a una tapicería de cuero, es mejor cualquier otra cosa que pueda lavarse con facilidad.

Demasiado grande para ciertos sitios

Es cierto, como ocurre en ocasiones, que esos pequeños detalles se pueden pasar por alto porque el resultado general es bueno y agradable. La vida a bordo es buena, se va cómodo, con los mandos fáciles de encontrar –aunque odio, sobremanera, que haya que toquetear la pantalla para poner la calefacción– y como vas en lo alto, te crees el rey del mambo. Además, también puedes apreciar lo ancho del coche porque se puede controlar muy bien el morro casi al completo, lo que ayuda bastante porque el Ranger Raptor es muy ancho.

Otra cosa a destacar son los espejos laterales, que gracias a su buen tamaño te permiten controlar todo el lateral, que acaba bastante atrás y si no fuera por la cámara trasera, sería un problema determinadas maniobras, al menos para mí, que no tengo costumbre de conducir aparatos tan grandes. Miguel seguro que no tendría problemas, pues ha estado 20 años repartiendo con un camión, pero yo… Es con estos coches cuando realmente aprecias ciertas cosas, como la presencia de una cámara trasera que, en otros coches como, por ejemplo, un FIAT Panda o en un Toyota Aygo X Cross parecen prescindibles.

Ford Ranger Raptor

Al volante, las dimensiones son colosales y no siempre es fácil maniobrar con semejante aparato

De todas formas, aunque es cómodo y se ve relativamente bien en todos los ángulos, el tamaño del Ford Ranger es, a mi parecer, excesivo. Pasar por una zona urbana, con coches aparcados en batería a un lado y en línea a otro, da la impresión de que golpearás a cualquiera de ellos, sobre todo a los aparcados en batería, que no siempre están todo lo metidos hacia delante que deberían y como te encuentres una furgoneta, que viene a ser igual de larga que el Ranger, entonces la sensación de estrechez se acrecienta.

En carretera la sensación de falta de espacio desaparecer por completo, como es lógico, hay más espacio y los coches no van tan apretados, sin embargo, aparece otra sensación: “si se me cruza ese coche, me lo como porque no me da tiempo a frenar”. Según ficha técnica, el Ford Ranger Raptor pesa 2.436 kilos, y se notan constantemente, sobre todo cuando circular a una velocidad elevada, y con elevada me refiero a por encima de 100 km/h. Si no superas esa velocidad en exceso –digamos, 110 km/h, por ejemplo–, todo va como cabe esperar, es un coche grande y las inercias están ahí, pero más rápido parece que no vas a poder controlar el coche.

Se trata una sensación, solo eso, porque nunca pierdes el control y si actúas con suficiente antelación, todo sale como cabe esperar, pero no acabas de ir cómodo del todo, al menos yo no iba cómodo. Todo se solucionaba con bajar el ritmo y no pasar de 110 o 120 km/h, y así también se recorta el consumo, pero ya sabemos que a veces no te das cuenta y acabas por circular un poco más rápido. En carretera de montaña o en secundarias las cosas son algo diferentes, porque la altura a la que vas sentado, el perfil de los neumáticos, las inercias… todo se grita “no corras”. El perfil de los neumáticos, con el tamaño del coche y su peso, hacen que sea lento y torpe de reacciones, en las curvas siempre notas la inercia y los 205 CV el turbodiésel dan para lo que dan –otra cosa será el V6 turbo con 292 CV, pero ese no lo hemos probado todavía–.

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En caminos de tierra te lo pasas en grande, pero cuanto más sitio haya, mejor

Campo a través no hay casi nada que lo detenga

Quizá pienses, después de leer todo esto, que el Ranger Raptor es un cepo, pero nada más lejos de la realidad. El Ranger Raptor es un coche grande, pesado y que no está pensado para correr por carretera, son reacciones lógicas dadas sus características y si las tienes en cuenta, como he comentado antes, su conducción es agradable y hasta placentera si el trazado es abierto y con curvas de radio amplio. No vas a ir a la velocidad de la luz, pero si te pilla la Guardia Civil te meterán en el calabozo sin lugar a dudas. La velocidad máxima que ha homologado Ford es de 180 km/h y el 0 a 100 km/h lo completa en poco más de 10 segundos, suficiente para meterte en problemas.

Lo que sí hace bien, o al menos mejor que otros, es pasar por caminos de tierra como si estuvieras huyendo de algo. Puedes llevar un ritmo endiablado, casi sin preocuparse por el estado del terreno con una facilidad que no podrías adivinar a simple vista. Y eso que los famosos amortiguadores FOX están claramente a la vista, al igual que los neumáticos General Grabber AT en medidas 285/70 R17. Son gomas “de campo”, o casi, con tacos bien marcados, un enorme perfil y con una capacidad de tracción notable. Soportan cosas que mejor no mencionar, no sea que desde Ford decidan que es mejor no dejarnos coches… Recuerdo en una de las pasadas el día que se sacaron las fotos, como afrontó un surco bastante profundo que había dejado el agua en lluvias anteriores como si no existiera, y no íbamos despacio precisamente –unos 70 km/h más o menos–, sin que el coche perdiera trazada ni se descompusiera lo más mínimo.

Es evidente que el Ranger Raptor es un coche para fundir tramos de tierra, es un coche para baja TT, aunque, como en asfalto, el tamaño y las inercias están muy presentes. Si fuerzas la entrada en una curva te vas recto para, después, encontrar agarre y salir con la trazada abierta. Si aceleras, también abre trazada. Tienes que adelantar el giro del volante para contrarrestar el subviraje y ahí, sí, acelerar para que el coche vaya por donde quieras. De todas formas, hay que desconectar los controles para poder jugar un poco, aunque tampoco trabajan mal y puedes rodar por tierra muy rápido. Simplemente, con los controles activados no podrás cruzas el coche, por ejemplo, algo que tampoco me resultó fácil, todo sea dicho. Hay que ser un poco bestia con la dirección y hundir el acelerador sin miramientos con volante totalmente girado y aun así, a veces arrastraba del eje delantero. Quizá fuera yo, que no hacía bien las cosas…

Ford Ranger Raptor 18

Con lo grande que es no tiene maletero, a no ser que optes por la tapa para la bañera de carga

Por tierra, su hábitat predilecto, también notas que se trata de un coche demasiado grande y demasiado pesado. La lentitud de reacciones sigue igualmente presente y los giros muy cerrados no los digiere bien, se disfruta más en trazados abiertos, como en carretera, solo que con algún salto que otro, con cruzadas al salir de algún giro y derrapando cuando hay sitio suficiente para ello. Solo hay que comentar una cosa: el diferencial trasero suena una barbaridad, tanto en carretera como en tierra. Pablo investigó sobre el tema y, al parecer, el diferencial trasero suele dar algún problema de rotura, que además, no es precisamente barata.

Aunque parezca que no, el Ford Ranger Raptor me gusta, pero no me lo compraría. Hay cosas que no me convencen, como la torpeza en carretera o su lentitud de reacciones. También es demasiado grande y aunque es diésel, no gasta poco precisamente –no baja de nueve litros ni con una conducción ultra-mega eficiente–, y por si fuera poco, no me entra en el garaje. A Pablo, por el contrario, y como he comentado al inicio, le encantó y disfrutó del Raptor como un niño en día de Reyes.

Dastos técnicos

FICHA TÉCNICAFord Ranger Raptor
MODELOFord Ranger Raptor 2.0 EcoBlue e-AWD
MOTORDelantero longitudinal Cuatro cilindros en línea y 16 válvulas con doble árbol de levas en cabeza (DOHC). Inyección directa por puerto común, turbodiésel. 1.997 centímetros cúbicos. Con Stop & Start integrado
RENDIMIENTOPotencia máxima205 CV
Par máximo500 Nm
TRANSMISIÓNCaja de cambios automática epicicloidal, convertidor de par. Propulsión trasera con diferencial libre bloqueable eléctricamente. Caja de transferencia en el eje delantero conectable con diferencial libre bloqueable eléctricamente
SUSPENSIÓNDelanteraParalelogramo deformable cpon amortiguadores FOX
TraseraEje rígido con amortiguadores FOX
FRENOSDelanterosDiscos ventilados
TraserosDiscos ventilados
DIMENSIONES Y PESOSLargo por ancho por alto5.360 x 2.028 x 1.926 mm
Batalla3.270 mm
Vias delantera / trasera1.710 mm / 1.710 mm
Peso en orden de marcha2.436 kg
COTAS DE TODO TERRENOÁngulo de entrada32º
Ángulo de salida24º
Ángulo ventral24º
Altura libre265 mm
Altura de vadeo850 mm
DATOS PRESTACIONALESAceleración de 0 a 100 km/h10,5 segundos
Velocidad punta180 km/h
Relación peso potencia11,8 kg/CV
CONSUMOSConsumo medio homologado (WLTP)10,6 l/100 km
Consumo medio durante la prueba11,8 l/100 km
PRECIO UNIDAD PROBADADesde 53.400 euros

Galería de fotos

Ford Ranger Raptor 2.0 EcoBlue e-AWD

53400 euros
Ford Ranger Raptor 2.0 EcoBlue e-AWD
6.4

Comportamiento en carretera

6.5/10

Comportamiento en ciudad

5.0/10

Confort

6.0/10

Consumo

5.5/10

Habitabilidad

7.0/10

Infoentretenimiento

9.0/10

Prestaciones

7.0/10

Relación valor/precio

6.5/10

Seguridad

8.0/10

espíritu RACER

3.0/10

A favor

  • Diseño
  • Rendimiento de la suspensión
  • Diversión fuera de carretera

En contra

  • Peso
  • Muy lento de reacciones
  • Potencia del motor algo justa
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Sobre mí

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto la charla sería de órdago. Pero aquí estoy, escribiendo sobre mi pasión donde me dejan. Si hace unos años me dicen que terminaría así, las carcajadas se habrían escuchado hasta en Australia, pero ahora no sabría vivir sin ello.

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Pablo Mayo

Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches, y ahora también las motos. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Con 20 años no ponía ni una sola tilde y llegaba a cometer faltas como escribir 'hiba'. Algo digno de que me cortaran los dedos. Hoy, me gano un sueldo como redactor. ¡Las vueltas que da la vida! Si me vieran mis profesores del colegio o del instituto la charla sería de órdago. Pero aquí estoy, escribiendo sobre mi pasión donde me dejan. Si hace unos años me dicen que terminaría así, las carcajadas se habrían escuchado hasta en Australia, pero ahora no sabría vivir sin ello.

Alejandro Delgado

Jesús Alonso

Soy un apasionado de los coches desde que era muy pequeño, colecciono miniaturas, catálogos, revistas y otros artículos relacionados, y ahora, además, disfruto escribiendo sobre lo que más me gusta aquí, en Espíritu RACER.

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