Se me ocurren dos maneras de introducir este modelo. En una primera instancia, este Airstream es todo un exponente de lo que identificó a este fabricante americano durante gran parte de su historia, algo que se define con dos simples palabras que hacen a un concepto específico de carrocería: el aluminio remachado, la fórmula adoptada por el Clipper. En una segunda, el Airstream A/Van se explica desde el contexto global a partir del cual se le dio rienda suelta a su existencia.
Sí, lo sé. Técnicamente no correspondería hablar aquí de un vehículo que no se fabricó para el manejo fuera de carretera y el propósito de la aventura, pero basta con que haya pertenecido a la historia de una marca dedicada a los remolques de viaje y a las autocaravanas. Una excepción que vale. El A/Van fue un bache que se comprende dentro de los límites de las curiosidades del motor, pero su producción estuvo atada a su pasado más cercano –el de los remolques– y a un futuro en el que su sucesor retomó la senda camper.
Un caso de retroalimentación, porque Airstream, con la Crisis del Petróleo y el desabastecimiento del combustible afectando al mercado de los remolques, debió buscar nuevos horizontes, y porque de su adaptación se sirvieron diversas empresas de rubros varios, que apostaron por este sólido bodoque de la marca para el reparto de sus productos. Un hombre sujetando uniformes que han quedado como nuevos, otro sosteniendo un carro de tipo zorra con paquetes de pan lactal, cajones de flores a su lado, envases de papas fritas y kits de herramientas más allá. Detrás, un A/Van con su apariencia de vehículo comercial.
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Una foto que resume la razón de ser del A/Van, el camión de reparto de empresas de snacks, de florerías, panificadoras y tintorerías, entre otras. Para estas empresas, este modelo de Airstream significó mucho. La falta de gasolina fue un problema y entonces el A/Van apareció para ser la solución, como medio y por la eficiencia de su carrocería. Aluminio equivale a ligereza, y su uso en los paneles remachados fue la clave en esa época. Pero no se limitó a ser un camión de reparto comercial. También ofició de vehículo estatal.
Con un diseño igual de robusto pero algo más complejo, el Airstream A/Van se sometió a una metamorfosis para ser la cara de empresas de correo como la United Parcel Service e incluso trabajó para el Servicio Postal de los Estados Unidos, que utilizó un total de 647 unidades. “Nunca ha habido ningún fabricante (…) que haya construido un camión tan bueno como el que recibimos de Airstream”, llegó a declarar el director general de Correos norteamericano, según consta en la página oficial de la marca.
Camión comercial, camión postal…camión con faceta actoral. Como modelo bien de época, la condición de ícono del A/Van quedó plasmada en el cine. En Poetic Justice (1993), Tupac fue cartero y allí estuvo el A/Van, en aquel caso un ejemplar montado sobre chasis Ford, lo que Airstream empezó a llevar a cabo a finales de la década de los ochenta, cuando lanzó el autocaravana B-190, su sucesor. “Vivía en Los Ángeles al momento de la filmación. No recuerdo haber visto un camión postal Ford en ninguna ruta”, comentó un usuario del sitio IMCDb y es lógico, pues el A/Van con chasis Ford nunca existió. No, no es un Ford Step como sugiere otro usuario y eso está más que claro.
La aventura que el Airstream A/Van no experimentó en el mercado de los recreacionales, la canalizó en el servicio postal, en el reparto de productos y en la ficción.
Mauro Blanco
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