Cuando en 2024 se lanzó el Defender OCTA, los británicos lo presentaron como la versión “más resistente” y “con más prestaciones de la historia” del modelo. Su motor V8 4.4 biturbo con arquitectura híbrida ligera le transmite una potencia máxima de 635 caballos y le deja servido un par de 750 Nm, suficientes para ir en búsqueda de los terrenos más hostiles y atacarlos sin vergüenza. ¿Pero qué hacer si un SUV todoterreno lo quiere dar todo y, al mismo tiempo, no ensuciarse? Un dilema que se le presenta a la versión más reciente: el Land Rover Defender OCTA Black.
Es todo un caballero de la noche y, como a todo caballero nocturno, le gusta sentirse intocable. Desde el momento en que cae en la cuenta de que es un Defender OCTA, sabe que es misión imposible. El OCTA Black se embarrará lo que necesario o más cuando salga a hacer uso de su profundidad de vadeo, se llenará de polvo cuando acelere por calle de ripio o tierra, se lastimará si así lo amerita la circunstancia, pues, en el manejo aventurero, lo primero de un coche no pasa por conservarlo intacto, sino ponerlo al servicio de lo que más importa: avanzar.
Vaya si lo hemos visto en el caso de un Citroën C15 desafiando las capacidades de maestros del off-road como el Toyota LJ y el Land Rover Discovery. Pero, claro, este es un Defender OCTA Black y, como tal, nos transmite su pena por tener que arremangarse y poner en juego su acabado especial. ¿En qué consiste éste? Una primera instancia es la conversión del OCTA de sus acabados de serie –a saber: el Azul Sargasso, el Gris Borasco, el Gris Charente y el Cobre Petra– al Black casi absoluto, lo que da pie al segundo paso, que consiste en el foco puesto en cada elemento, porque ninguno de ellos le escapa a la oscuridad, su atractivo más preciado.

Ya sea en brillante, al que Land Rover etiqueta como Narvik Black, o en mate mediante la aplicación opcional de una película protectora, el acabado negro viste sin concesiones a este caballero británico. Luego, un total de 30 elementos que equipan a la carrocería se reparten entre el negro brillante y el satinado, incluyendo los protectores de los bajos, el sistema de escapes cuádruple, la cubierta del silenciador y el gancho de remolque.
Las ruedas y casi todo lo que habita en ellas no le escapan al concepto de todo negro. Hablamos de unas llantas forjadas de 20 ó 22 pulgadas en negro brillante con tapacubos, sí, negros. En negro brillante se obtienen también las pinzas de freno, aunque aquí encontramos una excepción a la regla, que no es la única, de hecho. En las pinzas, la insignia DEFENDER se presenta en plateado, mientras que la que se lee en el centro de la llanta va pintada de un oscurecido tono al que la marca llama Shadow Atlas. Al frente, el tono plateado oscuro se revela en la insignia LAND ROVER sobre el fondo negro del característico óvalo.
Sí, será difícil para el OCTA Black conservar inmaculado su acabado. Comprarse un SUV con un complejo esquema de modos y ajustes de conducción para un amplio repertorio de superficies equivale a sacar boleto al off-road, por más que su nivel de apariencia y equipamiento no quieran. El interior, con novedades como el estreno de un cuero semianilina para el tapizado de asientos, sumado al negro satinado que le da el toque al salpicadero, tampoco estará a resguardo.
Mauro Blanco
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