Por fuera parece un camión de carga, ¿verdad? Pues, es porque realmente lo es. El golpe de vista nos indica que lo que ahí vemos es un Isuzu FTR MT3 y no se equivoca. Es una de las unidades del camión comercial mediano de la empresa japonesa. Sí, evidentemente es un FTR MT3 transportando por carretera, pero algo del acoplado llama la atención. ¿Qué son esas aberturas? ¿Acaso veo puertas laterales?
Lo que nos resulta un camión de carga es, en definitiva, la madre de todas las casas rodantes. Estamos ante una de las tantas conversiones americanas. Conversión en todo sentido, porque desarrollar una Isuzu Predator XLE 4×4 –su nombre ya anticipa el cambio– implica realizar modificaciones en la propulsión. Así se llama esta versión imaginada y materializada por un preparador con sede en el estado de Nevada, especializado en todoterrenos de expedición. Hunter RMV trabaja con pick-ups comerciales la Chevrolet Kodiak C5500, pero el menú de la casa son los camiones.
El Predator XLE 4×4 está a otro nivel, lo demuestra desde el acceso al espacio interior. Verán que estamos ante un vehículo con más de un secreto. La clave está en sus cajas de almacenamiento de acero que lleva debajo. Una de ellas oculta la escalera que se retira y se extiende mediante control remoto. Su disposición, no en 90 grados con la caja, sino paralela a ella, tiene su explicación: poder usar a ésta como baranda y así evitar caídas mientras subimos o bajamos. Debajo de la cabina, otros dos módulos esconden parrillas deslizantes mediante rieles.
Cocinar bajo el paragolpes de un FTR MT3, nada mal. Tampoco lo está el suministro eléctrico de su batería de 800 amperios-hora, que recibe y almacena mediante paneles solares de 1.000 vatios instalados sobre el techo de la cabina. Puertas adentro, no de la cabina, sino de la caja, nos recibe un comedor, ¿pero dónde está la cama? Podría decirse que en la Predator XLE 4×4 dormirás arriba de la mesa y no porque hayas bebido de más. El techo del comedor es justamente la cama, que se baja eléctricamente.

El Isuzu Predator XLE 4×4: ante todo, un tracción total
No nos olvidemos que estamos ante una 4×4. Es necesario hablar un poco de su esquema y conducción. En carretera es donde el vehículo se destaca casi sin despeinarse, aunque requiere de un mínimo de control en la velocidad al tomar las curvas, algo lógico tratándose de una casa rodante montada sobre un camión.
Fuera de carretera, en caminos desnivelados y empinados, es donde demanda mayor precisión, y ahí entra en juego su minuciosa dirección. Si en algún momento nos vemos obligados a realizar una marcha atrás para salir de apuros, a esa precisión del volante la congeniamos con los amplios ángulos de visión de los espejos laterales y con la cámara de visión trasera en la consola central.
Por naturaleza, un Isuzu FTR MT3 no es un camión con tracción a las cuatro ruedas, sino que sale de fábrica con propulsión trasera. De manera tal que Hunter RMV trabaja junto a Tulsa Truck Works, con sede en Oklahoma, donde las unidades se convierten en 4×4 al recibir un eje motriz delantero y una caja de transferencia de dos velocidades, para así enviar a ambos ejes la potencia y el par –de 263 CV y casi 900 Nm, respectivamente– de su motor turbodiésel Cummins 6.7 de seis cilindros en línea.
Puedes reunir a tu grupo de amigos de expedición y, si cuentas con el presupuesto que demanda esta casa rodante, comprar hasta ocho unidades del Ford Bronco Raptor y conducir en coordinada fila. O bien pueden viajar todos en el Isuzu Predator XLE 4×4, que, según anuncia Hunter RMV, se ofrece por 600.000 dólares.
Mauro Blanco
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